Absuelven al okupa de un piso porque la denunciante no probó que era suyo

Bea Abelairas
Bea abelairas FERROL / LA VOZ

FERROL

CESAR TOIMIL

El joven reconoció que residió sin permiso en un piso de O Bertón

02 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La Audiencia Provincial acaba de absolver a un joven que reconoció a la Policía Nacional que había residido sin permiso en una vivienda de O Bertón. Sin embargo, el caso dio un vuelco cuando la abogada María José Pereira Beceiro, del turno de oficio, reparó en un detalle que daba al traste con la denuncia, y es que la mujer que la presentó no pudo acreditar que realmente era su casa. «Durante la celebración del juicio puse de relieve que había serias dudas de que la denunciante fuera legítima propietaria: primero por sus contradicciones, en la denuncia dijo que el inmueble era propiedad de su madre y en el juicio afirmó que era suyo; segundo, porque no exhibió el más mínimo documento que pruebe de alguna manera que es propietaria», precisa la letrada del despacho Hermanas Pereira Beceiro.

El juzgado de Ferrol condenó a su defendido por usurpación, pero recurrió a la Audiencia y logró que lo absolviesen. «El acusado no compareció el día del juicio, lo que no impidió que se celebrara en su ausencia —cuenta—. Son dos jóvenes que en el momento de los hechos ni tenían trabajo ni otro sitio donde vivir. Ya no están juntos».

María José y Maite Pereira Beceiro: «Pensamos mucho en las personas, llevamos cada asunto como si fuera de un miembro de nuestra familia»

María José y Maite Pereira Beceiro son abogadas y hermanas. Forman un equipo unido a todos los niveles. Hasta en su tiempo libre. Y recalcan que pelean todos los casos con la misma intensidad: al joven acusado de okupación lo liberaron de una condena a pesar de que él ni se presentó al juicio. Tampoco la menor que lo acompañaba en la aventura.

Tienen su despacho en la calle Nova de Caranza y acaban de regresar de atender a un cliente en Madrid, un asunto al que fueron juntas, como siempre: «Para nosotras cada expediente no es una carpeta más, sino que pensamos mucho en las personas que hay detrás, por eso llevamos cada asunto como si fuera el caso de un miembro de nuestra familia», explica María José, y recuerda que los profesores de la Universidad de Santiago les insistían en que serían buenas opositoras «porque nos gustaba el estudio, pero siempre tuvimos claro que queríamos ejercer la abogacía para ayudar a las personas». «Nuestra especialidad son las materias más difíciles y sensibles: los temas de familia, como divorcios, procedimientos de hijos de parejas de hecho… que afectan a lo que más duele y a la vida diaria —cuentan—. Siempre decimos que más allá de la ruptura personal se puede tener un buen divorcio o una buena ruptura y de eso nos encargamos nosotras con nuestro trabajo». A veces les llegan clientes de lejos, como sucedió este semana: «No sabemos por qué, pero supongo que en estos casos funciona mucho el boca a boca». Tras un viaje fugaz dejaron encarrilada otra separación. «Como tenemos mucha experiencia sabemos los problemas que surgen después de la ruptura y procuramos que todo quede ya previsto en la sentencia, en el convenio regulador, protegiendo siempre a los hijos, para tener la solución prevista». Otra especialidad son las herencias enquistadas, que «muchas veces están sin resolver porque la gente se ahoga en un mundo de papeles».

El fin de semana también hacen equipo, ya que se convierten en pintoras. En estos momentos María José está participando con cuadros al óleo en una exposición de pintura colectiva en la Sala Carlos III de Exponav.