
Doce años después del crimen, Roger Serafín ha sido declarado por un jurado culpable de asesinato y agresión sexual a Elisa Abruñedo: «É un salvaxe»
28 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.«Fue terrible. Todavía estamos afectados y asimilándolo. Durante mucho tiempo hubo mucho miedo. No estábamos acostumbrados a sucesos tan atroces en la zona», reconoce Juan Fernando Bouza. Expresa el sentir de Lavandeira, un núcleo rural que lleva más de una década a la sombra del brutal asesinato de su vecina Elisa Abruñedo. El pasado jueves, tras una semana de juicio, un jurado popular declaró a Roger Serafín Rodríguez culpable de asesinato y agresión sexual. El juicio y la inminente condena pone punto final a un suceso que consternó a toda Galicia por su brutalidad y la falta de información que hubo sobre la autoría del crimen durante una década. «Conozco a los hijos, a la familia... Ha sido horrible», reconoce Bouza.
Serafín no solo acabó con la vida de Elisa, sino que metió el miedo en el cuerpo, sobre todo, a la mayoría de las mujeres de Cabanas porque no fue detenido hasta diez años más tarde de cometer el asesinato. «Las mujeres quedaron amedrentadas, no iban a caminar, tenían miedo. Es normal. No se sabía quién era el asesino, andaba suelo. Lo pasamos muy mal», afirma Juan. Y pone como ejemplo a su mujer Mari Ángeles.
Leen el La Voz en la Taberna do Feal, establecimiento ubicado a pocos metros de la vivienda familiar de Elisa. «Serafín cazaba con nós. Viña aos xabarís», comenta otro vecino, Julio Seijas. No solo conocía a Serafín, también a toda su familia. Cuando supo que era detenido acusado del asesinato le dio un vuelco al corazón. «Coma quen che da un pao. Saber que andas no medio dun grupo cun compañeiro, amigo, parecía bo veciño... E un día sábese que foi el...», recuerda aún consternado. Lo describe como «un salvaxe», tras conocerse su modus operandi. Con él toma café José Arnoso. «Traballei dezaseis ano co marido de Elisa», recuerda. Es vecino de Fene, una de las parroquias limítrofes con este punto, como A Capela. Agradece que los hijos puedan «poñer punto e final a esta desgraza». «Cada vez que o vexo en imaxes... Da unha coraxe... El non foi humano, temos que selo o resto», advierte.
Amando Soto recuerda con cariño a Elisa y su familia. «O marido era un gran rapaz. Coñecino moito. E a ela víaa moitas veces pasear tranquilamente», recuerda. Este vecino de A Capela lamenta que la vida tranquila de Elisa se truncase de esta forma tan dramática. «Logo parecía impensable, polo medo», lamenta.
«Ahora, más tranquilos»
Tras la detención y ahora el juicio los vecinos reconocen sentirse «más tranquilos». Han seguido los avances del juicio a través del periódico. «Que lo condenen y no lo suelten. No me explico lo de este hombre, hay seres que son monstruos», incide Juan. Su condena ayudará a una parroquia a cerrar un capítulo.
«A xente estaba aterrorizada, ¿quen pensaba que ía ser Serafín?», señala Julio. Solo recuerdan algo similar, «hai moitos anos», el asesinato de una niña en San Marcos.
Los vecinos agradecen la insistencia y el trabajo de las fuerzas de seguridad para dar con el culpable. «Está no cárcere xa. Debían deixalo aí ata que morrese», señala Julio. Coincide Amando, que recuerda que, además, coincidió con otros dos horribles asesinatos en Galicia el de Asunta, perpetrado por sus padres, y el de Diana Quer a manos de José Enrique Abuín, El Chicle, pero nunca se dio de lado a Cabanas. «Había moito medo, nas mulleres, pero tamén nos homes. Parecía que podía pasarche calquera cousa», recuerda.
Todos desean que los hijos de Elisa puedan al fin tratar de seguir con sus vidas.