El CHUF salda cuatro años de cirugía robótica con más de 1.300 operaciones

BEATRIZ ANTÓN FERROL / LA VOZ

FERROL

El robot de cuatro brazos, en el quirófano del Marcide
El robot de cuatro brazos, en el quirófano del Marcide JOSE PARDO

Urología es la especialidad que más ha intervenido con el Da Vinci, un robot de cuatro brazos que también se utiliza en otros tres servicios

03 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

En julio del año 2021, el sistema público gallego de salud vivió todo un hito al implantar de forma simultánea, en sus siete áreas sanitarias, la cirugía robótica, tras la adquisición de otras tantas unidades del robot Da Vinci. Justo cuando se cumplen cuatro años de aquella conquista toca hacer balance del uso esta herramienta, un robot de cuatro brazos que permite operar al médico con giros de 360 grados imposibles para la mano humano, así como con mucha más precisión y cero temblor, lo que en la práctica beneficia al paciente, ya que se traduce en una reducción muy significativa de los riesgos de sangrado, infecciones, secuelas y dolor posquirúrgico.

En el Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol (CHUF), la cirugía robótica se estrenó en la especialidad de urología el 20 julio de 2021. En noviembre de ese mismo año se sumaron los servicios de ginecología y cirugía general. Y en junio del 2022, el uso de esta tecnología se implantó también en otorrinolaringología. Es decir, en la actualidad el robot ya se emplea en cuatro especialidades. Y sumando todas ellas, en estos cuatro años se han llevado a cabo un total de 1.312 cirugías robóticas.

De ellas, la mayoría corresponden a urología (718), una especialidad que ya interviene tres veces al día con el robot Da Vinci «grazas a implicación de máis profesionais, e o adestramento e maior ensaio previo das intervenciións», según señala el responsable del servicio, Andrés Rodríguez Alonso.

Por detrás de urología le sigue cirugía general, con 436 intervenciones realizadas con el Da Vinci en estos cuatro años; ginecología, con 133; y otorrinolaringología, con 25. Por años, en el 2021 se llevaron a cabo 51 cirugías robóticas; en el 2022, 235; en el 2023, 301; en el 2024, 460; y en lo que va 2025 (hasta el 20 de junio), 265, lo que ya indica que se superará la cifra del año anterior.

El médico opera con unos mandos desde una consola en la recibe una imagen hasta diez veces aumentada
El médico opera con unos mandos desde una consola en la recibe una imagen hasta diez veces aumentada JOSE PARDO

En cuanto a las operaciones que se realizan con esta herramienta, las más habituales siguen siendo la extirpación de la próstata, en urología; hernias y cáncer de colon, en el caso de cirugía general; extracción del útero por cáncer, en ginecología; y por último, diferentes cánceres en lo que respecta a otorrinolaringología.

Como novedad, en los últimos tiempos el robot también se está empleando de forma rutinaria para la extirpación de la vejiga por cáncer con neovejiga intracorpórea (cistectomía), así como para la extración de la glándula suprarrenal por tumores y también de los ganglios linfáticos del abdomen en pacientes con cáncer de próstata o de testículos, según explica el Andrés Rodríguez. «Tamén facemos ciruxía reconstructiva do chan pélvico feminino», advierte el jefe de urología.

Por su parte, el responsable de cirugía general, Manuel Díaz Tie, destaca que su servicio también ha empezado a usar el Da Vinci para llevar a cabo «ciruxías de parede abdominal en grandes eventracións»

Los especialistas acreditados del CHUF para emplear el robot cada vez están mejor adiestrados y cuentan con más experiencia, lo que les permite operar con más rapidez y llegar así a más pacientes.

Desde una consola

Según explica el facultativo Andrés Rodríguez, el robot Da Vinci consta de tres partes: una torre en la que van los sistemas eléctricos y de vídeo; un carro con los cuatro brazos del robot; y una consola desde la que el médico trabaja sentado, sin tocar en ningún momento al paciente, con la ayuda de unos mandos y un visor. La operación se lleva a cabo mediante la apertura de pequeñas incisiones por las que se introduce la cámara y todo el instrumental, y el médico, sentado en la consola, recibe las imágenes con una visión hasta diez veces aumentada, lo que le permite intervenir con una gran precisión.