La nieta y sobrina de dos fusilados pide justicia: «A mi tío Ginés lo iba a fichar el Real Madrid y lo mataron»

FERROL

El abuelo de Teresa Fernández fue el último alcalde republicano de Cedeira, al que asesinaron junto a su hijo (jugador del Racing de Ferrol) en San Felipe
11 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.A Curro Fernández primero le mataron al padre y al hermano. Y después, lo mandaron a comer todos los días con el delator que provocó estos crímenes: el jefe de la Falange en Cedeira. Desde entonces, han pasado más de 85 años. Pero la causa contra Manuel Cándido Fernández Freijeiro y su hijo Ginés Fernández, fusilados el 18 de diciembre de 1936 en el castillo de San Felipe, sigue sin anularse. Sus cuerpos, junto a los de otros 12 hombres con los que fueron ejecutados, continúan arrojados en paradero desconocido en alguna zona de la fosa común del cementerio de Serantes. Ahora la hija de Curro, nieta de Manuel y sobrina de Ginés, pide justicia: «Mi abuelo fue el último alcalde republicano de Cedeira, mi tío era jugador del Racing de Ferrol e iba a ser fichado por el Real Madrid; pero los mataron y yo solo quiero que se anule la causa».
Su solicitud se trasladó este viernes a la fiscala provincial de Derechos Humanos y Memoria Democrática, María Encarnación Mayán, en los Juzgados de Ferrol. Teresa Fernández, acompañada por representantes de la asociación Memoria Histórica Democrática, presentó la documentación necesaria para restaurar la memoria de su abuelo y de su tío. Con 68 años, natural de Cedeira y médica en Noia, recuerda cómo su familia fue marcada de por vida: «A mis tías les llamaban señoritas rojas por la calle, ellas lo pasaron fatal al ser mujeres; fueron marginadas y pese a todo nunca agacharon la cabeza».

Últimos días en la misma celda
Padre e hijo pasaron sus últimos días en la celda del castillo frente a la ría de Ferrol. Desde la ventana, presenciaban los fusilamientos de los compañeros. Y a casa enviaban cartas escritas en clave, pero siempre censuradas. «Mi abuelo pertenecía a Izquierda Republicana y se presentó a la alcaldía dentro del Frente Popular, mi tío era simpatizante y también trabajaba en el Concello, en la sublevación contra el gobierno legítimo fueron detenidos por los militares», recuerda Teresa.
Pasaron por la cárcel de Ortigueira, el cuartel de artillería en Ferrol, la escollera, el buque Plus Ultra, y finalmente el castillo de San Felipe hasta su fusilamiento. «Mi tío era jugador de fútbol del Racing y también jugaba en un equipo de hockey llamado Los Ícaros; en el Racing era un goleador, el Real Madrid lo contactó para ficharlo y si no fuese por el golpe militar se habría marchado a jugar allí», asegura Teresa, acompañada por Manolo Fernández Pita y Fernando Ocampo de Memoria Histórica.

«Mi abuela Patrocinio Rodríguez Porto tuvo que criar sola a sus cinco hijos, mi padre Curro (Juan Antonio Fernández) también sería jugador de fútbol; para la familia fue terrible, quedaron marcados como rojos, sin apoyo emocional ni económico», relata la nieta. Manuel Fernández nació en Pontedeume en 1874, Ginés en Ferrol en 1910. Tras su asesinato, la familia tuvo que vender sus propiedades y otras les fueron arrebatadas. Como Patrocinio carecía de pensión, las familias de Cedeira se ofrecieron a dar de comer a los hijos. «Y a mi padre lo enviaron con el delator, fue toda una represión por ser demócratas; y el cabo Torres de la Guardia Civil fue fundamental para que matasen a mi abuelo y a mi tío».

La sentencia de condena a muerte acusaba a Manuel y Ginés de «sublevados que dirigían las hordas marxistas». Los descendientes quieren que se anule la causa, «porque los acusan de rebelión militar cuando los realmente sublevados fueron los propios militares de Franco, y los sometieron a un juicio farsa en el que al abogado defensor solo le dieron tres horas para leer unna causa de 500 folios». Teresa se emociona «porque la pena es que no puedan estar mi padre y mis tías para ver la defensa que estamos haciendo ahora, él lo pasaba fatal cuando íbamos al castillo de San Felipe o a Serantes en los homenajes».

«Mi padre estaría orgulloso»
Asegura esta médica residente en Santiago que «mi padre estaría muy orgulloso de lo que hacemos hoy». Añade Manuel Fernández Pita que «estamos luchando por la restitución social de las víctimas».
La familia de Manuel y Ginés los recordaba como «muy buenas personas y alegres, peleaban por un mundo de igualdad de oportunidades... pero cuando entré en la universidad, mi padre se moría de miedo ante la posibilidad de que me metiese en líos». Ginés jugó en el Racing con históricos como Manuel Rivera, que dio después nombre al estadio del Inferniño. Su carrera se truncó en 1936 a golpe de disparos. Pero su nombre es historia.