Ana González, oftalmóloga: «Vimos a un niño de siete años que llevaba un año con los ojos cerrados por el dolor»

La Voz

FERROL

27 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace más de trece años que la oftalmóloga Ana González se embarca en misiones que cada vez son más complicadas, por la situación de los países en las que hace más falta su presencia. Aún así, no se rinde y contesta desde Senegal en breve descanso.

—¿Cómo va esta campaña?

—Está saliendo todo muy bien, llevamos muchos años viniendo, pero cada campaña es distinta: aunque los problemas puedan multiplicarse el equipo que hemos creado para trabajar aquí funciona bien y cuando se estropea algo siempre hay una persona que lo puede arreglar, en ese sentido, estamos muy bien. En pocos días llevamos un montón de cirugías realizadas, la mayoría a pacientes ciegos y niños que no tendrían futuro sin esta intervención. Cada paciente es una historia diferente que no puedes olvidar.

—¿Puede hablar de alguna?

—La de un señor que, al destaparle los ojos, miraba sus manos sin parar, les daba la vuelta y no dejaba de observarlas, así que le preguntamos al traductor y nos dijo que no se reconocía las manos. Todas las personas que atendemos viven sin poder verse en el espejo, sin poder reconocer a los suyos... Es tremendo. Estas cirugías de cataratas o de otras dolencias que se resuelven de forma muy sencilla en A Coruña a ellos les devuelven a la vida

—¿Qué le impresiona más?

—Lo que más me impacta son los niños, es muy conmovedor ver que a través del trabajo de todo el equipo se lleva a cabo una labor impresionante. Nos encontramos con casos terribles: ayer vimos un niño con una conjuntivitis tropical avanzada y nos decía su madre que llevaba muchos años así, pero que desde hace un año no abría sus ojos por el dolor tan grande que tenía. Tiene siete años y le pusimos tratamiento, pero la idea es seguir tratándolo cuando nos marchemos, le mandaremos medicamentos... Es increíble la capacidad que tienen para aceptar el dolor. Este era un niño de siete años con los ojos cerrados durante doce meses, porque al abrirlos sufría lo indecible.

—También reparten gafas...

—Lo hemos comentado muchas veces: las graduadas devuelven vida, pero las gafas de sol también son fundamentales, porque les protegen de la radiación y del aire con el problema que tienen de los ojos muy secos. A una niña le pusimos una gafa de muchas dioptrías y te das cuenta de que esa sonrisa que te devuelve cuenta lo que puede ver ahora. Todas estas pequeñas cosas te dan idea de todo lo que tenemos en España y no lo valoramos.

—Algunos llegan de muy lejos...

—Ayer vinieron en autobús pacientes ciegos y los tuvimos que operar en el día porque se quedan a dormir delante de la puerta y ya vuelven a su poblado, esto nos da idea de cómo están.