Laura Cancio Valcárcel, al frente de la casa nido de A Capela: «Los niños son lo mejor del mundo»

A. F. C. A CAPELA / LA VOZ

A CAPELA

Laura, con los tres niños que tiene este curso en la casa nido
Laura, con los tres niños que tiene este curso en la casa nido CEDIDA

La educadora que gestiona uno de los primeros centros de este tipo que abrieron en Galicia dice que lo peor es estar sola y el bajo salario

12 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Para Laura Cancio Valcárcel no hay duda: «Los niños son lo mejor del mundo». Esta educadora infantil de As Pontes, de 31 años, se empadronó en A Capela para abrir la casa-nido Bolboreta, una de las primeras que se pusieron en marcha en Galicia, en un garaje que le cedió el Concello y que tuvo que reformar y adaptar, aportando algo de sus ahorros, puesto que la subvención de la Xunta no fue suficiente.

Empezó a funcionar el 17 de junio de 2019 y desde entonces ya ha cuidado a dos parejas de hermanos —«en uno de los casos, con un año de diferencia, llegaron a estar juntos»—. Este curso solo tiene tres, pero el próximo ya completará el cupo máximo cinco (y en estos años casi siempre ha habido más demanda que oferta). La mayoría son de A Capela, pero también ha recibido a alguno de As Pontes o de San Sadurniño. Destaca la buena relación que mantiene con las familias, que le preguntan cómo consigue que los pequeños le hagan caso: «A mí me obedecen». Y suelen visitarla cuando ya están en el cole. «Estoy feliz con los peques», repite Laura, que ve cómo se lanzan a andar y cómo se sueltan a hablar —«este año llevo dos»— y comparte los avances de sus alumnos con las familias.

Algunas recurren a este servicio para conciliar, por cuestiones laborales (alguno está desde las nueve de la mañana hasta las cuatro y cuarto), y otras simplemente «para que estén con otros niños y socialicen, aunque no necesiten el tiempo para otra cosa y solo los traigan un par de horas al día». Pero no todo son alegrías. Con la cuantía que les abona la Xunta,

Laura y el resto de responsables de casas nido de Galicia, autónomas, ni siquiera llegan al salario mínimo interprofesional, y si enferman tienen que contratar a alguien para que las sustituya, algo inasumible con sus ingresos. A Laura le preocupa especialmente el hecho de «estar sola»: «Para mí es lo peor, por si estás mala o un niño se pone enfermo... no puedes hacer nada y no tienes una compañera a la que recurrir».