Mauro Silva, el bogavante de casi siete kilos y cerca de 70 años del restaurante Bon Pé, de Cedeira: «Es el guardián»
CEDEIRA

Una lancha de bajura del puerto cedeirés capturó, hace poco más de dos semanas, este ejemplar, líder en el vivero, como lo fue el futbolista del Deportivo en el campo
28 feb 2025 . Actualizado a las 23:07 h.Desde hace poco más de dos semanas, quien entra en el restaurante Bon Pé, en Cedeira, (antes, La Central) repara, sin remedio, en el nuevo habitante del vivero de marisco. Impresionan las dimensiones y el brillo de la piel de este enorme crustáceo marino, un ejemplar de Homarus gammarus de casi siete kilos. Este bogavante convive con otros más pequeños y con alguna centolla, y tiene las pinzas sujetas con una goma, «para que no se coman o no se maten entre ellos». En caso de pelea, Mauro Silva, como lo ha bautizado Diego Iglesias, propietario del local, junto a su mujer, Yolanda Cuesta, no tendría rival posible.
Iglesias, gerente de Terra do Marisco, empresa dedicada a la venta y exportación de pescados y mariscos, se hizo con este ejemplar en la lonja de Cedeira. «Lo cogió una embarcación de bajura, de las que van a los miños, que pescan centolla y bogavante (y langosta, cuando es la época). Cuando lo vi pensé que tenía que ser para el Bon Pé, porque es un ejemplar que pocas veces se ve. Los hay más grandes, pero ya es un bicho importante, de 6,8 kilos», explica. Pagó cerca de 350 euros por el animal, y ya hay clientes que «le han echado el ojo».
«Para dos personas suele servirse un bogavante de 900 gramos, un kilo o un kilo cien. Este tiene que ser mínimo para diez o doce personas, para darse un buen homenaje», apunta. Desde que llegó al vivero se alimenta de calamares o mejillones. En el mar la dieta es variada y practica incluso el canibalismo. Destaca por su longevidad, hasta los 80 años según algunas fuentes. Se estima que cada kilo de peso equivale a entre ocho y diez años, por lo que el Mauro Silva del Bon Pé podría rondar los 70 años.

A Iglesias le recordó a uno de los futbolistas de referencia en la historia del Deportivo y brillante jugador también en la selección brasileña. Algo le hizo pensar en este mediocentro, ídolo del deportivismo, tal vez por su aspecto robusto y su manera de jugar, que se distinguía por su inteligencia táctica, la solidez defensiva y el liderazgo en el campo. «En el Bon Pé [este bogavante] es el guardián», resume.
Algo de todo eso hay en este crustáceo que vive en los fondos rocosos de la costa, un animal «de hábitos nocturnos, solitario y territorial», que se impulsa hacia atrás rápidamente con su larga cola si se ve en apuros. «Es una locura que haya sobrevivido tanto tiempo en el fondo del mar, con tanta red y tanta pesca», comenta Iglesias mientras lo mueve con una pinza para mostrar «su porte majestuoso».