Relevo en la carnicería de Encarna, con 40 años de historia en Cedeira: «Es un sueño cumplido»
CEDEIRA

Tania Berges, treintañera, toma las riendas de uno de los pocos negocios que quedan en el casco histórico
06 mar 2025 . Actualizado a las 09:52 h.A Tania Berges Mouriz (Cedeira, 34 años) siempre le ha llamado la atención la carnicería y quería tener su propio negocio. Estudió el ciclo medio de Actividades Comerciais en el IES Punta Candieira y pidió que las prácticas fuesen en una carnicería. «Me gustó y ya me quedé a trabajar, luego tuve un parón, al nacer la niña, y después entré en otra», cuenta. También pasó por una tienda de Ortigueira —«estaba muy contenta, pero con los niños era complicado»— y por algún hipermercado, y acabó haciendo un taller de pastelería, pero las dificultades de conciliación, su prioridad, pesaron más que nada.
«Como empleada es imposible, los turnos son rotativos y sin apoyo familiar, como es nuestro caso (mi familia está en Zaragoza y la de Vicente, en Ortigueira), es muy difícil», recalca. Una amiga le comentó que cerraba la carnicería Painceira, en la calle Ezequiel López (justo frente al puente nuevo), una de las pocas tiendas que quedan en el casco histórico de Cedeira. «Fui a hablar con ella y las condiciones se adaptaban». Ahora es autónoma, como su pareja, albañil, y tras un «lavado de cara», con pintura, colocación de azulejos en el obrador y nueva iluminación, este viernes, día 7, abre su propio negocio, «un sueño cumplido». El sótano, donde antes había varias máquinas, lo han acondicionado como un salón, «para que puedan estar por las tardes los niños, de ocho y cuatro años», mientras su madre se afana con los elaborados.
En el despacho ya ha colgado los primeros chorizos, que prepara ella misma, igual que la zorza, el raxo, las hamburguesas o las albóndigas. En principio, abrirá de lunes a viernes, de 9.00 a 13.30 horas, y los sábados, de 9.00 a 14.00. Ofrecerá todo tipo de carnes, incluida la de los terneros que cría su marido en O Ermo (Ortigueira) y Cerdido, con el sello Ternera Suprema Gallega; fiambres envasados, pan y, en cuanto pueda, montará «un pequeño súper, con lo imprescindible».
Encarna Iglesias Calvo (San Román, Cedeira, 69 años) está muy contenta de haber encontrado quien alquile el local donde trabajó durante los últimos 25 años. Antes había estado otros 13,«na carnicería vella», que había arrendado en un bajo situado a pocos metros de allí. «Abrín xa no noso baixo no 2000 e xubileime en outubro», relata. Por necesidad, porque el dolor de espalda se había vuelto insoportable: «Estaba encantada a media xornada, cobrando media pensión, pero non puiden máis». «Non é por chufarme —aclara—, pero os clientes estaban moi contentos comigo (algún levaba vindo desde que empecei), e eu con eles, boteinos moito de menos».
«Deume pola carnicería porque tiñamos unha granxa de becerros en San Andrés. Primeiro abrimos na avenida de Castelao, e alí aprendín de miña cuñada, e logo collín o traspaso xa do outro lado», explica. En zorza, raxo y hamburguesas «era o número un». Aparte de los vecinos, de uno y otro lado del puente, en verano recibía a muchos veraneantes: «Ían para Madrid cargados de raxo e zorza envasados ao baleiro». «É moito traballo, pero dá para vivir», concluye. En eso confía Tania, que arranca «con algo de miedo y mucha ilusión».