
Trabajó como obrero del naval y con 58 años abre su propio gabinete jurídico
23 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Alfonso Salceda Gómez, reconvertido de Astano, ha dado un importante giro a su vida cuando en el año 2007 decidió hacer el acceso a la Universidad para mayores de 25 años - «en mi caso de 50», según él mismo apunta-. Tras cursar la carrera de Derecho, que terminó en 2012, Salceda, con 58 años, hace unos meses abrió un despacho de abogados, cuyo funcionamiento comparte con su esposa, María Oliva Otero Acción, también reconvertida, en este caso de la Cámara de Comercio, que se ocupa de la secretaría y administración del Estudio Jurídico.
-¿Cúando y dónde comenzó su trayectoria laboral?
-Comencé a trabajar en Astano en el 72, un año «ilustre» para Ferrol, como obrero de taller. Tras una trayectoria de aprendizaje pasé a recursos humanos y también tuve una época sindical, En el 96 me marché de Astano y después estuve con mi hermano en una empresa de obra marítima y buceadores, que fue la que rescató la draga que se hundió en el puerto de Ferrol. Por un avatar de la vida, una gran constructora, OHL, nos dio al traste con la empresa por un accidente en una obra.
-¿Cómo fue esa decisión de reconvertir de nuevo su vida profesional?
-A raíz de las reclamaciones y todo el trabajo previo a la presentación de la denuncia tuve contacto con el Derecho y me planteé hacer el acceso a la Universidad para mayores de 25 años. Empecé en el 2007 y en 2012 terminé la carrera.
-¿Y el siguiente paso?
-Siendo muy fiel a mis orígenes, porque por muchas reconversiones que pasaran por la persona los orígenes nunca se deben perder, y yo que nací en una barriada obrera, decido volver para una barriada obrera para montar el despacho. Tenía especial interés en ubicarlo en San Valentín, en Fene, una zona muy deprimida, en la que la mayoría es gente que vivió del astillero. Conocía a muchos vecinos, tengo familia allí y merecía que el despacho se montara allí.
-¿Alguna otra razón para esa ubicación concreta?
-Tenía especial interés porque pretendemos ejercer la abogacía de una manera distinta, en la que el cliente sea lo más importante y no la distancia ni los recursos económicos. Nuestra intención es que toda persona que crea que le han vulnerado algún derecho lo pueda reclamar, tenga o no tenga recursos. Queremos romper un poco el estereotipo del abogado acartonado, trajeado y distante. Pretendemos acercar el despacho a la gente, nos acercamos a cualquier sitio y somos el típico despacho de pueblo en el que te abordan en la calle y sin cita previa y atiendes a la persona al momento. Queremos que el despacho sea un referente de los principios y valores de las personas que estamos en él. Somos gente humilde, seria y trabajadora, que nacimos en el seno de familias trabajadoras. Nacimos y vivimos a la sombra del astillero y queremos estar al lado de esta gente para todo lo que precisen en materia de asistencia legal.
-¿Llevan únicamente temas de materia laboral?
-No. Llevamos laboral, civil, penal y también contencioso. Abarcamos todos los órganos jurisdiccionales y para que ninguna persona quede desatendida en ningún área por falta de efectivos también contamos con la colaboración de una abogada de Santiago. En el despacho tenemos incorporado un procurador, Francisco Lence Dopico, para cubrir todo el circuito.
-¿Qué tarifa de honorarios tienen fijada en su despacho?
-Ya sé que el baremo de los honorarios de los abogados viene de la época de María Castaña, pero es el referente para las tasaciones de costas y, si vale para eso, también vale para nosotros como tarifa de honorarios. No obstante, ese es el referente, pero en el supuesto de que alguien no tenga recursos para litigar o recurrir algo a lo que cree que tienen derecho nosotros no tenemos ningún problema, nos amoldamos al cliente y él nos dirá cómo y cuándo puede pagar. Nosotros le ayudaremos en todo lo que se pueda.
-¿Ya tienen clientes?
-Sorprendentemente, tenemos bastante clientela y nadie tuvo que pedir cita previa, con la llamada ya quedo. El despacho le está dando a San Valentín un servicio del que carecía e incluso hacemos declaraciones de renta. La primera consulta es gratuita, como se recoge en nuestra web, que hicimos nosotros solos, párrafo por párrafo y, como se puede ver, ha quedado muy bien.
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