El arte que surge de Grañas do Sor

Ana F. Cuba GRAÑAS DO SOR

ORTIGUEIRA

Carlos Caramés, en el taller de su casa con un clave
Carlos Caramés, en el taller de su casa con un clave ÁNGEL MANSO

Estudioso de la música antigua, dirige coros de San Sadurniño y Ortigueira

31 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El término clave solía designar «todo instrumento de teclas salvo el órgano», comenta Carlos Caramés (Valdeorras, 1952), que se hizo luthier por su pasión por la música antigua. Durante años vivió en A Coruña y a los 23 se marchó a Alemania; en Colonia estudió filosofía y musicología; tradujo una treintena de libros de arte del alemán al castellano; y acabó compaginando la fabricación de claves con el periodismo, en la radiotelevisión pública germana. Hasta que se hartó de la ciudad: «Quería volver a mi país y al campo, me casé (con Sonia Miranda, costarricense) y decidimos venir». El azar y un cambalache de su hermano les llevaron a Couzadoiro, pero acabaron comprando una propiedad en Labrada, en Grañas do Sor (Mañón), donde residen con su hijo Carlos.

«Vienes aquí y ves que hay naturaleza, carretera, ferrocarril, un clima benigno... Y piensas ?es un sitio ideal para vivir?. Luego fallan algunas cosas», confiesa. ¿Por ejemplo? «No hay una sociedad en la que integrarse, no hay masa crítica, y la supervivencia en el rural no es fácil». Su propósito inicial de dedicarse a la ganadería se frustró y optaron por las actividades de ocio, con un centro de doma equina natural. Antes, Carlos dirigió durante un año la Escuela de Música de Ortigueira; luego montó una academia y ahora está al frente de los coros de Ortigueira (en el que se ha integrado el de Grañas do Sor), Lamas y San Sadurniño. Sin abandonar el oficio de luthier, que requiere algo de la destreza del carpintero, técnica e intuición, «ese secretillo que has ido descubriendo, por el que funcionan mejor, y que viene de la afición a la práctica de la música».

En esta aldea de Labrada suena el clave, un instrumento minoritario, «que te saca de algún apuro económico, aunque en una sociedad rural te margina más que te integra». «En España nos conocemos casi todos, los luthiers y los intérpretes; en Alemania vendía todo lo que producía y aquí estoy empezando». Dentro de una semana ofrecerá una conferencia en El Escorial, en Madrid, donde congregará «a casi todo el mundillo de la música antigua».

A este gallego educado en Alemania le mueve «la observación del mundo, el arte, la música...». Como antes lo hizo el periodismo, «otra faceta de lo mismo». En Labrada, con su pareja y su socia, ha reabierto corredoiras, ha labrado cancelas de ciprés, ha levantado chantas, ha montado pisos y ventanas de madera.... «A veces es duro, pero tienes grandes satisfacciones, conoces a mucha gente, por los caballos y por los claves (ayer esperaba a un grupo de farmacéuticos), y cierta calidad de vida». Sin olvidar los colores que viste el otoño.