Fiestón vecinal en Pontedeume por una obra pública: «Han dejado la calle guapísima»

A. C. PONTEDEUME / LA VOZ

PONTEDEUME

JOSE PARDO

Residentes y negocios organizaron pinchos, música y bombas de palenque para celebrar la renovación del vial Camiño Estreito

06 abr 2025 . Actualizado a las 16:56 h.

Pocas veces una obra pública despierta tanto interés y tanta unanimidad como para que los vecinos a los que afecta directamente decidan salir a la calle a celebrarlo. Esta vez ha ocurrido en Pontedeume, donde los residentes de Camiño Estreito se organizaron para celebrar los trabajos de humanización y mejora de la vía que ha acometido el Concello, cofinanciados por la Diputación de A Coruña.

«La calle ha quedado muy bonita, preciosa. Pensar en cómo era y cómo está ahora, con bancos, macetas, un paso de peatones, una acera más ancha y doble sentido de circulación... la han dejado guapísima», recalca una de las promotoras de la fiesta de ayer.

Comenzó con un tono más oficial, con el alcalde, Bernardo Fernández, para cortar la cinta inaugural, y el párroco, Benjamín Sevillano, para bendecir la calle, por iniciativa de los vecinos, como todo lo demás. En el apartado gastronómico colaboraron las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, que frieron las croquetas, los bollos preñados y el resto de congelados que aportó Gervifrost, tienda de barrio; la carnicería de Rodri contribuyó con dos tortillas de patata; Alicia, del bar O Barrio, puso dos empanadas y dos pastelones; mientras que la peluquería Rocío, la oficina de Halcón Viajes, Muebles Placer (tiene entrada por arriba y por abajo) y la clínica Miguel Soro contribuyeron económicamente. Una vecina hizo dos tartas de Santiago y otro residente colaboró también «con algo dulce».

Paco, que suele tocar la guitarra en la calle Real, se encargó de la música, y se lanzaron tres docenas de bombas de palenque. «Antiguamente, era el Camiño Real, por el que se salía, cuando aún no había la carretera de A Coruña», explicaron, orgullosísimos de su renovada calle.