Ofensiva para anular el veto de Rusia a una nueva resolución
31 ene 2012 . Actualizado a las 14:30 h.La víspera de la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, el Ejército sirio recuperó ayer el control de parte de los suburbios de Damasco, pero los combates con los desertores del Ejército Libre Sirio (ELS) proseguían y, por primera vez, tenían lugar a cinco kilómetros del aeropuerto de Damasco, un enclave estratégico que permanece blindado por las tropas leales al presidente Bachar al Asad.
El número dos del ELS, Malik Kurdi, anunció a la agencia Efe desde Turquía una retirada táctica por la gran presencia de tropas del régimen desplegadas en el aeropuerto, aunque los desertores esperan en las cercanías reanudar los ataques. El militar disidente explicó que sus hombres hacen frente con armas ligeras a las ametralladoras, tanques y helicópteros que emplean los leales a Al Asad.
A menos de 15 kilómetros al nordeste de la capital, los suburbios de Harasta, Duma y Saqba se encontraban ayer en estado de sitio, con retenes de control cada 300 metros, fortines de sacos de arena, tiroteos y despliegues de blindados, según comprobó el corresponsal de France Press. «Nos disculpamos, esta ruta y todas las vías que llevan a Duma por el momento y hasta nuevo aviso están bloqueadas», afirmó sin más explicaciones un soldado a la entrada de Harasta, cerca de Duma.
Una de las localidades de la periferia de la capital que volvieron a caer en manos del régimen es Rankus. Ayer entraron unos 60 tanques y los soldados obligaron a los habitantes a abandonar sus casas, según contó a Efe Ahmed Ramadan, miembro del opositor Consejo Nacional Sirio (CNS). En el canal Al Yazira, el CNS expresó su temor a que sean liquidados cientos de jóvenes que los servicios de seguridad han reunido en una plaza pública en Rankus.
Un día más, ningún medio independiente ha podido verificar el número de muertos. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, ayer era de al menos 27 muertos, la mayoría en Homs, bastión rebelde del centro del país y donde un gasoducto fue saboteado. Los Comités de Coordinación Local elevaban la cifra a 55.
Mientras las armas hablan en Siria, tiene lugar una ofensiva diplomática para sacar adelante en el Consejo de Seguridad de la ONU una nueva resolución que pide el apoyo internacional al plan de paz de la Liga Árabe para poner fin a la crisis, que prevé el cese de la violencia y que Al Asad abandone el poder para iniciar negociaciones con la oposición.
Rechazada la oferta rusa
Hoy estarán en la ONU el secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, y el jefe del opositor CNS, Burhan Ghaliun, para presionar y lograr un cambio de posición de China y Rusia. Sin embargo, Moscú renovó ayer su decisión de vetar la resolución árabe-europea, poco después de que su invitación a las partes enfrentadas a sentarse ante una mesa de diálogo quedara en nada, pese al sí de Damasco. La oposición rechazó cualquier negociación mientras Al Asad siga siendo presidente.
También estarán en la sede neoyorquina los jefes de la diplomacia de EE.UU., Francia y el Reino Unido, Hillary Clinton, Alain Juppé, William Hague para presionar a Rusia y China, y lograr que al menos se abstengan.
Según confirmó al diario israelí Haaretz un diplomático francés, la resolución tiene el apoyo de al menos diez de los 15 miembros del Consejo, lo que significa que puede ser llevada a votación, ya que sobrepasa los nueve exigidos para ello.