Alfredo Pérez Rubalcaba quiere una oposición útil a los ciudadanos y constructiva, sobre todo en temas económicos, pero dura cuando el Gobierno traspase las líneas rojas de los recortes de los derechos y las libertades. El nuevo secretario general considera que los ciudadanos no entenderían una oposición de «revancha», aunque destacó que Rajoy ha empezado su mandato con ataques todavía más agresivos de los que él esperaba a derechos, libertades y prestaciones. Así se lo expuso ayer al Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso, en una reunión a puerta cerrada.
Sin embargo, esa oposición constructiva que predica Rubalcaba no va a suponer un cheque en blanco para Rajoy. Así, ayer el exministro de Trabajo y ahora portavoz socialista de Economía, Valeriano Gómez, anunció que su partido votará en contra de la ley de estabilidad presupuestaria, porque considera que supone una ruptura del pacto constitucional al que llegaron los dos grandes partidos. Explicó que el acuerdo fijaba un déficit estructural máximo del 0,4 %, que podía sobrepasarse en circunstancias extremas, pero ahora el Gobierno quiere implantar el déficit cero. El PP no necesita el respaldo del PSOE para sacar adelante la ley, pero le gustaría contar con sus votos como un gesto de cara a los mercados. La advertencia de Gómez es significativa del tipo de oposición que quiere llevar a cabo Rubalcaba, más allá de los calificativos que le ponga.