Organicismo e instinto

TAREIXA TABOADA OURENSE

FIRMAS

Miguel Villar

Una docena de esculturas en la muestra de Tenreiro

15 abr 2013 . Actualizado a las 06:00 h.

Una docena de esculturas de madera policromada dan forma a la exposición de Enrique Tenreiro en la sala 0 del edificio Marcos Valcárcel, hasta el 5 de mayo. Esculturas que son troncos, cuerpos mutilados, bosques de muñones que se alzan orgullosos rebasando sus peanas, librándose de la línea finita, de la estatua en forma cerrada, del estatismo y la frontalidad, expandiéndose en el espacio, con el dinamismo de una concepción circular del universo en el que a través de una curva dominante (Kandinsky) las formas se retuercen en el aire con su forma anfibia y orgánica propia de los elementos naturales, caprichosas y ondulantes de la naturaleza con su voluptuoso y exuberante dinamismo, con cierto barroquismo dialéctico y formal subrayado por la sinuosidad de las curvas envolventes, espirales, retorcidas, en esos cuerpos osificados en troncos de madera, en cadáveres de árbol rescatados del temporal del mar del que Man hizo su casa y su sepulcro y construidos a base de golpes, como la vida, de incisiones de gubia apuñalando la materia por las venas de esa madera que recobra el protagonismo de su principio.

Troncos de ciprés y roble policromados para contener la savia que corría por sus venas, cuerpos en los que la gubia dejo el recorrido de su paso como cicatrices, marcas del pasado que nos recuerdan lo que somos.

Esa médula que nos conecta con la naturaleza, con la madera símbolo de la madre, mágica, protectora, fetiche de fecundidad y vida: «Abramos el cuerpo en canal incorporándole lo que le rodea» (Boccioni, 1910.)

Acompañan a la escultura una serie de grabados que amplían esa idea de naturaleza orgánica y expansiva tales como: Paisaxes íntimos, En busca de tus pasiones, 14 de Abril?

Series limitadas para estas xilografías; formalidad aplicada al dinamismo, interpretado como una serie continua de refracciones lumínicas que multiplican la captación de las vibraciones del movimiento y las dilata en el espacio, traduciendo en percepción estática la sensación cambiante de movimiento y conduciendo a imágenes que partiendo de postulados figurativos resultan abstractos encerrados en formas circulares orgánicas.

En la obra se advierten distintas reinterpretaciones no solo por la forma de trabajar la madera, en piezas a escala humana, que remite en cierta manera a Álvaro de la Vega en la fuerza, no en la iconografía y una clara influencia surrealista del genial escultor Paco Pestana, cuyo talento, nobleza y originalidad lo sitúan como referente obligado en el panorama artístico contemporáneo; y del que sin duda Tenreiro ha conocido su parte más divertida y provocadora en las performances que como a otros autores ha inspirado, ese arte desmaterializado, que juega con lo efímero y el tiempo fragmentado y fugaz de la acción de la que Beuys fue pionero.

Para Tenreiro: «El arte debe ser un martillo que golpea la sociedad»; Weiner: «El artista es solamente alguien que trabaja con la sociedad igual que cualquier otro trabajador». Así su simbología como la de Enrique y los sentimientos, entran en conflicto con el mundo (destrozado, romper) aludiendo a un sujeto y un objeto de la operación: romper, mutilar? una acción y retroacción, entre dos términos opuestos effect and affect; in & out, que, como Weiner, proyectan situaciones encerradas en su propio discurso.

En la Exposición Project ´74 (Colonia) al eslogan: El arte sigue siendo arte Bureu respondía: «El arte sigue siendo política? y Chiari con ?El arte sigue siendo trabajo». Pero si hemos liberado al arte de la cárcel de la estética burguesa, del apolillado criterio de belleza, de ser instrumento de poder, de ser el azote social, «concluiríamos que el arte sigue siendo política solamente si sigue siendo arte, de otra manera el arte ya no es tal, pero tampoco es política, sino ideología, es decir falsa conciencia política» (Menna). Así pues el arte parte de una necesidad de expresarse, interior, que quema, y no de otros avatares y como todas las cosas autenticas ha de ser absolutamente inútil y libre, tan solo una realidad en si misma.