El nuevo PXOM se presenta como su principal reto, mientras decide si quiere continuar

La Voz

FIRMAS

13 oct 2013 . Actualizado a las 06:00 h.

En el convulso año que Agustín Fernández lleva como alcalde no le han faltado ocasiones de apagar incendios provocados desde su entorno. Que los cocinen otros, o que sea cómplice y luego ponga cara de angelito cuando ve el efecto, entra en el terreno de la especulación.

jueces y fiscales

El AVE y el PXOM. Entre los más incómodos, el que provocó Áurea Soto al censurar a jueces y fiscales con la excusa del llamado caso de los paneles, sacando pecho con el fallo de una sentencia exculpatoria sin pararse a reflexionar sobre el contenido de las consideraciones previas. La concejala criticó, los jueces respondieron y el alcalde templó gaitas. Se ve, sin embargo, que no han entendido la teoría de la división de poderes, como han vuelto a demostrar esta misma semana con otra nota sobre el caso de la ayuda a domicilio, con sello del Concello de Ourense, para «instar» públicamente rapidez al juez y la justicia. Que un magistrado, en un comentario a caballo entre lo público y lo privado, se muestre «atónito» por el hecho de que alguien plasme en una «nota oficial» su «desconocimiento» en el uso de términos jurídicos, haría reflexionar a cualquier cargo público si, como aquí, sabe que se refiere a él y a los suyos.

foster, olvidado

El AVE y el PXOM. Agustín Fernández recogió la bandera de la estación del AVE y defendió con vehemencia el diseño de Norman Foster, aunque, un año después, parece haber claudicado. Le queda conseguir que se apruebe el PXOM. Aunque sea trabajo de su edila de Urbanismo, será un logro de verdad y no el alquiler de la planta baja del edificio del Banco de España, o la apertura al público del claustro de San Francisco, mucho más discutibles.

la oposición

Hostigamiento. Ante una oposición que se ha ido endureciendo en las formas, sobre todo por parte del PP y su portavoz, Rosendo Fernández, el alcalde también ha ido elevando el tono pausado del principio. No le han dejado pasar ni una, pero él tampoco se dejó amilanar. Superado el primer año de hostigamiento, queda ahora ver cómo se consolida. Él, cuentan quienes lo conocen, no hace ascos a la perspectiva de recuncar.