La número dos del gobierno municipal, Carmela Silva, considera que Vigo es un modelo para Galicia y para toda España por su elevado gasto en materia social. Esta es la única respuesta que se le puede arrancar cuando se le plantea el caso de Sereos. «Es cuanto tengo que decir», zanjó ayer en una rueda de prensa en la que sustituyó a Caballero, de viaje en Madrid.
Los responsables municipal saben que Sereos es una patata caliente ante las protestas que genera la atención a personas que en muchos casos padecen problemas de drogadicción. Ante ello, prefieren soportar la presión de El Imán ante la falta de sede para Sereos.
Estigmatiza
El autobús que ha puesto en marcha el Concello para sus usuarios es, a juicio de la concejala del PP, Teresa Cendón, «una cafetería ambulante». Entiende que reduce la atención al llamado café calor y continúa estigmatizando a las personas sin recursos o con problemas de drogadicción. «Tal y como está rotulado se identifica tan fácil como el vehiculo de las multas», recrimina. La idea, según Cendón, era buscar la normalización, algo que no se consigue con esta medida porque ni se da más espacio ni se crea intimidad cuando , por ejemplo, la gente acude a una entrevista. Recuerda que hay un acuerdo plenario que no se ha cumplido para abrir una nueva sede de Sereos, igual que tampoco ha cumplido el gobierno local la propuesta de buscar esa solución con el consenso de los tres grupos y colectivos como El Imán. Por el contrario, lo ha hecho de forma unilateral y a escondidas.
Para la portavoz del BNG en el Concello, Iolanda Veloso, atender en un autobús, además de una vergüenza, significa estabilizar la precariedad. Apunta que este tipo de prestación no se corresponde con las necesidades reales y remite al acuerdo plenario que apostaba por un servicio digno.
«O alcalde xa non busca solucións para problemas reais, só quere evitar conflictos ante a proximidade das eleccións», precisa.