Q uedamos en una cafetería de la plaza de Vigo. Viste unas ajustadas mallas rojas que dice que son la última moda en Argentina, donde estuvo hace poco. Camareros y clientes la siguen con la mirada. «Atraigo mucho a hombres y a mujeres. Lo asumo. Lo sé. Pero no vivo de mi ego», comenta Paloma Otero Mosquera. Tienen 27 años. Nació al lado de la Torre. Es nieta de Juan Ignacio Otero, Parrocho, legendario portero del Deportivo. Es actriz, pero también trabajó como modelo de fotografía y de pintura. «Y soy comunicadora audiovisual, nómada, viajera exploradora, cuentacuentos y también fui camarera», asegura sonriente. A los 17 se fue a Cataluña y cuidó a una anciana de Vic de 91 años para ganarse unos euros. «Siempre fui sensible y aventurera. En el colegio era la guapa-tonta de clase. Escuchaba a Simon & Garfunkel y a Leonard Cohen, que es mi favorito. Pero, empecé a buscarme la vida pronto», recuerda. Aunque su ilusión era ser actriz «tenía claro que debía hacer una carrera y terminé Comunicación Audiovisual en 4 años». Acaba de llegar de Los Ángeles gracias a una beca de la Diputación para el perfeccionamiento de estudios artísticos. «En mayo regreso, pero mi sueño es trabajar en mi tierra. En cualquier caso soy culo de mal siento».
Con Almodóvar
Se declara honesta, frontal. «No tengo filtros. Digo lo que pienso. Soy muy pasional. Me gusta probar cosas nuevas». No tiene novio formal, aunque asegura como si nada que «tengo un novio en cada puerto. Soy muy rompecorazones. Soy la Mary Poppins del amor. Quizás no apareció el hombre de mi vida...». Hace repaso a sus apariciones en cine y televisión. «Tuve la suerte de trabajar para Alejandro González Iñárritu para un anuncio de Nike del mundial del 2010. Y después con Almodóvar en La piel que habito. Era una escena de una orgía, pero la verdad es que la rodamos con ropa. Él me decía que era la reina de la orgía. La verdad es que siempre me daban papeles con carga erótica, pero afortunadamente eso ha ido cambiando», recuerda. Rodó cortometrajes hasta que surgió la posibilidad de protagonizar una serie en Venezuela, La precursora. «Solo estuve la mitad de los capítulos por problemas con la productora y debido a la situación del país», recuerda Paloma, que se siente cómoda en los papeles tragicómicos.
Deporte y baile
Sus claves para mantenerse en forma son: «Dormir bien, cuidar la alimentación, cada vez con más productos orgánicos, y hacer todo tipo de deporte. Corro, nado, practico aeroyoga, que es como yoga pero en una hamaca, y esgrima, hípica... Y bailo. Soy todo terreno», comenta mientras saborea una clara y prueba las patatas. Dice que es radical en el vestir. «Un día voy de chándal y al siguiente con taconazo. Mi mejor estado es desnuda, por eso me gusta ir a playas nudistas». Escribe. Lee mucho. Le gusta cocinar para los demás y la soledad cuando no es obligada. «Nunca me aburro conmigo», sentencia. Dice que tiene de gallega «lo silvestre, la esencia celta y también sufro ataques de morriña que curo escuchando Luar na lubre. Soy muy llorona», confiesa esta coruñesa que disfruta con el olor a mar, que se siente a gusto al lado del castillo de Santa Cruz, y que quiere triunfar como actriz.
«Mi mejor estado es desnuda, por eso me gustan las playas nudistas»