¿Pero cómo se llama Ringo Starr?

CARLOS PEREIRO

FUGAS

ASDF

Por primera vez, un Beatle actuará en Galicia. Eclipsado por el portentoso talento de sus compañeros, el batería de Liverpool es un alma inquieta que en contadas ocasiones ha sacado el pie del acelerador a la hora de apostar por sus pasiones: la música y el cine

08 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Ringo Starr es un superviviente. Quizás uno de los más hábiles de la historia que engloba la música contemporánea. Cuando los Beatles dijeron adiós, pocos hubieran apostado a que Ringo, a sus 77, seguiría hoy sobre el escenario. Han tenido que pasar años, quizás demasiados, para que en el subconsciente colectivo Richard Henry Parkin Starkey Jr., que así fue como vino al mundo en el verano de 1940, fuese reconocido como el genio rítmico que en realidad es. Vendrá a Galicia, y aunque normalmente es el último Beatle en ser citado, esta vez, será el primero en hacerlo.

El batería de Liverpool vivió un sueño que mezcla buena y mala suerte. La parte positiva es obvia: fue una parte de los Beatles, a todas luces, la banda más influyente de la música. ¿Y la mala? Que el talento inhumano, tanto de John Lennon como de Paul McCartney, y en menor medida de George Harrison, eclipsó casi totalmente su figura. En su contra jugaron muchos factores para que el público siempre lo considerara un tanto secundario: carecía de una técnica visiblemente espectacular, no era el más agraciado físicamente, tampoco el más hablador, y para colmo era un compositor más limitado que sus compañeros. Ha sido con el paso de los años, a través de la infinidad de halagos realizados por artistas como Dave Grohl, Phil Collins, o sus propios excompañeros de banda, los que han aupado su figura a la leyenda que es. Sin él, los Beatles no hubieran sido lo mismo.

Casado desde 1981 con Barbara Bach, chica Bond en La espía que me amó, Ringo se ha mostrado en las últimas décadas como un tipo feliz. Siempre risueño, predica paz y amor en las entrevistas, a las que muchas veces aparece sin seguridad, ni chófer; cual tipo corriente, como si un asteroide no llevara su nombre (el 4150 Starr, descubierto el 31 de agosto de 1984). Responde a las preguntas y recuerda los viejos tiempos. Valora positivamente su amistad con Paul, el otro Beatle vivo; y se muestra contento por haber podido tocar y contar con él para sus grabaciones cuando la ocasión lo ha merecido.

Después de la disolución más famosa de la historia, Ringo supo encontrar su camino. El público respondió muy positivamente a su primer disco, de versiones de jazz, y empezó a hacer sus pinitos en el cine. También se involucró en el country y produjo diversos documentales. Sus discos no se vendían tanto como los de sus excompañeros, pero lo cierto es que tanto Lennon como Harrison querían contar con sus baquetas para dejar constancia de varias de sus canciones. Su apariencia muestra un músico cercano, siempre contando con decenas de colaboraciones de artistas coetáneos en su obra.

El aroma Beatles se fue esfumando poco a poco, y las corrientes musicales cambiantes fueron menguando su éxito comercial hasta llegar a los ochenta, momento en que se centra en el cine si bien la muerte de Lennon golpea duramente su sentido musical. Tras ello vuelve al estudio, aunque nunca recuperaría las cifras alcanzadas por Ringo, su álbum homónimo. Poco importa. El de Liverpool ganó en los años siguientes su propia guerra contra el alcohol y las drogas, y desde principios de los 90 reconoce estar limpio. Tras ello llamó a armas a algunos portentos musicales internacionales Nils Logfren, Clarence Clemons o Billy Preston para su All Star Band. Nadie le colgó el teléfono sin apuntarse.

El cuarto Beatle, será el primero en tocar en A Coruña. La grandeza de un batería que ha entrado dos veces en el Salón de la Fama del Rock ‘n’ Roll. Solo una veintena de artistas lo han hecho, y él, como no podía ser de otra forma, es uno.