«Me encanta Violeta Parra, pero tengo más que ver con Rosalía»

FUGAS

Referente fundamental de esa generación de mujeres que han reubicado la música alternativa de Latinoamérica, mañana actúa en el Portamérica

05 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo mismo se arranca por cumbias que por boleros. Lo mismo coquetea con la electrónica que con el rock. Mon Laferte no entiende de fronteras. Ni estilísticas ni temporales. «Me siento supercerca y me encantan Chavela Vargas o Violeta Parra, pero en realidad hago música pop en el 2019, así que supongo que tengo que ver más con Rosalía», comenta.

Tiene Mon Laferte la sensación de que están pasando muchas cosas en Latinoamérica con respecto a la música. «Sobre todo, siento que hay una receptividad en el resto del mundo que antes no existía». En buena medida, esa revolución musical ha sido liderada por una generación de mujeres que han sido capaces de contemporizar una música que mantiene una profunda conexión con sus raíces. «Quizá no sea para tanto», replica. «En realidad, lo que se está es empezando a nivelar una situación en la que hasta ahora los hombres eran casi los únicos protagonistas. Es posible que por eso llame tanto la atención esta presencia femenina».

Y pone como ejemplo lo que ocurre en los festivales. «Aún veo muy pocos nombres femeninos en las letras grandes de los carteles», apunta. Le comento que en el Portamérica, y en bien grande, están ella, Rozalén, Amaia, Zahara, Morgan, Monsieur Periné... «Me da mucho gusto escuchar eso. Antes solo había espacio para una mujer. Te parecerá increíble, pero mí me han dicho muchas veces: 'No, es que ya hay otra chica en el festival'».

No resulta fácil identificar los territorios sonoros por los que deambula Mon Laferte porque, en realidad, transita por multitud de senderos que en ocasiones se entrecruzan entre ellos generando sugerentes encrucijadas. «El mundo es eso. Estamos todos ya súper mezclados», dice. «A mí me encantan las mezclas. Y siento que para eso está la música, para desordenarla y experimentar».

Ya desde niña recuerda Mon Laferte haberse sentido fuera de lugar. Precisamente, por no pertenecer a ninguno en concreto. «Estaba con la gente que hacía hip hop y estaba a gusto. Iba con los metaleros y también. Me juntaba con la gente que hacía música tradicional, y lo mismo».

Reconoce la chilena que la respuesta natural a esa situación de desubicación suele ser tratar de agradar. «Sin embargo, yo siempre me he rebelado contra eso. Mis canciones no buscan ser agradables ni contentar a todo el mundo. Solo busco ser natural».

Para la cantante chilena los géneros están obsoletos. Y tan obsoletos como ellos está el ser purista. «La pureza hoy no existe ni hay ningún género mejor que otro», comenta. «Tiene que haber música para reflexionar, música para bailar, urbana, música de raíz... Y tiene que haber alguien como yo, que no tenga prejuicios en acercarse a todas ellas. Porque al final es la música la que gana».

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