La librera de Lectocosmos recomienda «El naufragio de las civilizaciones», de Amin Maalouf, y revela qué otros títulos nos cautivarán este verano
23 jul 2020 . Actualizado a las 09:11 h.La librera Gloria Fuertes, que comparte nombre con la poeta madrileña, ofrece libros a domicilio desde abril. «Ya nos habíamos planteado antes del covid ofrecer ese servicio, pensando en una persona mayor a la que le pueden pesar los libros, por ejemplo; ponerlo fácil llevándoselos a casa. En abril saqué la patita a ver qué pasaba ¡y fue una avalancha!», cuenta. Abril y mayo fue un no parar de pedidos. Lo que más vendió en primavera fueron títulos infantiles, «y también salió varias veces el nuevo de Elvira Lindo, A corazón abierto, y se pidió Los asquerosos, de Santiago Lorenzo», comenta quien también despachó durante el confinamiento la trilogía de Carmen Mola, uno de los últimos fenómenos de la novela negra española, con La novia gitana, La red púrpura y La Nena.
«Nos pidieron varias veces La peste, de Camus», que tuvo un pico de lectores en la pandemia del coronavirus.
-¿Qué otros títulos han tenido un tirón especial en Lectocosmos?
-Entre otros, el ensayo El infinito en un junco, de Irene Vallejo, sobre la historia del libro en sus distintas fases históricas.
-¿Cuáles nos recomienda este verano?
-Joël Dicker es un éxito, lo está petando otra vez con El enigma de la habitación 622. Quien lo lee no deja de leerlo. Dicen que el mejor de sus libros es el primero, pero no dejan de darle oportunidades.
-¿Una recomendación personal?
-Me ha encantado El naufragio de las civilizaciones, de Amin Maalouf, que ayuda a entender cómo hemos llegado aquí. Él nos habla de un «naufragio inminente», y se preocupa por el porvenir humano. Recomendaría también Pandemia, de Slavoj ?i?ek, y Pandemocracia, de Daniel Innerarity. Me parece interesante, sobre todo, leer a los filósofos que se han parado a pensar sobre ello, a reflexionar, a analizar qué puede suponer esto, cómo lo hemos vivido y los posibles escenarios de lo que vendrá. La coincidencia en los pensadores, pese a las diferencias, es que va a haber que trabajar de una forma conjunta a nivel mundial.
-¿Veremos el fin de la civilización?
-No el fin de la civilización, pero sí una reorganización, una reestructuración. Se trata de ver, plantean, a qué nivel debemos ser globales y a cuáles no tanto.
-El ensayo está fuerte, conquista al lector. ¿Y la novela?
-De las que he leído recientemente, recomendaría Dos hermanas, de Foenkinos, que es sencilla y con buen ritmo.
-Es el número 1 en ventas en Francia.
-Es una novela que enseguida se pone interesante, una historia de dos hermanas que pasa de ser «Mi novio me ha dejado, estoy hecha polvo» a sumergirte en la complejidad de la relación entre las hermanas, que tiene momentos impactantes. Un libro que nosotros también estamos vendiendo muy bien desde hace tiempo es Un caballero en Moscú, de Amor Towles, un clásico, un libro agradable, con pinceladas de cultura y elegancia. Unos libros que también recomendaría, para viajar sin necesidad de moverse del salón de casa, son los de viajes que está editando La Línea del Horizonte. Me ha encantado Contra Florencia, de Mario Colleoni. En la misma editorial, está Al pie de la Torre Eiffel, de Pardo Bazán, una delicia.
-¿La factura de Amazon no ha sido, al final, tan demoledora para las librerías durante el confinamiento?
-El agujero económico está ahí, sí. Yo he estado trabajando sola hasta mediados de marzo, sin dar abasto, y luego me he centrado sobre todo en gestionar la librería, los pagos, las reposiciones, los pedidos de los clientes... y he empezado a preparar la tienda digital, para tenerla lista, espero, para el final del verano, por lo que pueda venir en otoño. ¡No he podido aún pararme a pensar! Siento que nuestra clientela es fiel, hay mucha gente que ha venido a la librería y dice: «Yo no compro en Amazon, yo os compro aunque tenga que esperar por el libro». Hay distribuidores que te incluso te permiten la rapidez de Amazon. También hay que convivir con Amazon. Están las dos tendencias: la compra online y la gente que valora la librería. Al lector de bestsellers le da igual, o al que solo quiere un libro en concreto y ya, pero la gente que lee necesita el espacio físico de las librerías. Yo como lectora prefiero ir al sitio y curiosear y ver el libro por dentro y por fuera. Dicen que solo el 5 % de lo que vende Amazon son libros, que no es mucho. Yo no sé hasta qué punto ha podido impresionar a la gente ver el centro de la ciudad muerto, parado. Quizá eso les ha hecho volver a las librerías cuando abrimos, les ha hecho ver lo que podría pasar si se cierran todas las pequeñas tiendas del centro, cómo cambiaría la vida.