La mejor voluntad y la grieta

Mercedes Corbillón FUGAS

FUGAS

06 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

En C. el cielo está siempre lleno de incertidumbres, ningún azul que lo cubra está libre del peligro de una niebla que lo persiga. No pasaría nada si no fuera porque cada verano nos perdemos las Perseidas y alguna noche de luna llena que nos apabullaría con su belleza derramada sobre la ría.

Mi padre prefiere los horizontes claros de los lugares sin Atlántico, esas bóvedas nítidas que permiten ensanchar el mundo, como si con sus ojos pudiera abarcarlo, recorrerlo, hacerlo suyo.

Conocer el placer y la sabiduría de extender la mirada es una de las grandes cosas que me ha dejado en herencia, una enseñanza hermosa en lo literal e importante en lo simbólico.

Siempre podemos ir más lejos. O, al menos, soñarlo.

También me enseñó a recorrer los mapas con el dedo y conocer los lugares por sus nombres. Por eso sé que a lo lejos, aunque no las veo borradas tras la neblina, están las islas rocosas que coronan la ría, y que sus nombres son Sagres de Fóra, Sagres de Terra. Me las imagino desde aquí, caladero de pulpos y refugio de cormoranes. Pronto vendrá un viento fresco que se sacuda el gris y dibuje su contorno accidentado, como una sierra que ha quedado flotando con sus dientes sobre el mar.

Mientras tanto, disfruto de la quietud que dejan las brumas. Ni siquiera las golondrinas tienen ganas de jugar en este mundo detenido. Solo un niño da patadas tristes a un balón contra el muro de una casa.

En la novela que leo, otro niño esconde un maremágnum de emociones que afloran de la manera más inesperada dejando a sus progenitores estupefactos y a la intemperie. Ellos han puesto en su educación La mejor voluntad.

Me gusta de Jane Smiley que escribe de la familia con compasión, que sus personajes destilan afecto, que es capaz de escribir desde lo luminoso y contarnos historias de personas que aman, que sueñan, que trabajan, que sonríen, que construyen con ilusión y con tino. En este caso con ideología y voluntad eligieron una forma de vida autosuficiente al margen del capitalismo, abrazando la naturaleza.

Y sin embargo, tras los ideales, he ahí la grieta...