
«Cuatro chavales» se ha colado en todas las listas de mejores discos del 2022. El segundo álbum de Carolina Durante desborda, como ellos, actitud, guitarras e ironía
11 feb 2023 . Actualizado a las 22:10 h.Son, pues eso, cuatro chavales, de los cuales tres, en el 2017, apenas si habían cogido en alguna ocasión un instrumento. Pero dieron con la tecla exacta. Actitud punk, guitarras envenenadas y punzante ironía. Más a contracorriente no se podía ir. Pero ahí están, en todo lo alto. Y bien que se agradece. Hace un par de semanas metieron 10.000 personas en el Wizink y saldan todos sus conciertos con sold outs. El de Santiago, el día 17, también, por supuesto. Nos atiende Mario del Valle, guitarrista de la banda madrileña.
—Vuestro disco está en casi todas las listas de lo mejor del 2022. ¿Os sorprendió veros ahí, tan arriba?
—Un poco sí, porque lo sacamos a principios de año, en enero. Veníamos de estar prácticamente parados y nos daba un poco de vértigo el saber si seríamos capaces de retomar el éxito que conseguimos antes de la pandemia. Pensábamos que igual la gente ya no nos iba a hacer tanto caso. Pero no solo hemos vuelto al punto en el que estábamos, sino que hemos llegado aún más arriba.
—Frente a la displicencia del trap o del indie, Carolina Durante es todo actitud.
—Nosotros veíamos que la escena estaba estancada en ese rollo como de indie épico, que, al final, es lo que te encuentras en todos los festivales. Y creo que parte de nuestro éxito se debe a que no había un grupo en este registro que hiciese lo que hacemos nosotros, que es tocar antes de pensar. Con esta espontaneidad y esta caña, dejándose de florituras y tanto poema.
—Desde luego, vosotros no es que fueseis unos virtuosos cuando empezasteis.
—Para nada. Martín no había tocado un bajo en su vida. Y los demás también tuvimos que aplicarnos lo nuestro. Pero nuestro propósito nunca ha sido el de ser unos virtuosos.
—Está bien eso de tocar antes de pensar porque si lo piensas mucho, igual hay canciones que no las tocas.
—Pues sí, hay mucha gente que se pierde por el camino en ese sentido.
—En una entrevista en el 2018 decíais: «No nos vemos viviendo de la música. Es un trabajo muy inestable». Han pasado solo cuatro años. Y dos han sido de pandemia.
—¿Qué te voy a decir? [se ríe]. La verdad es que esto nos ha atropellado como un camión. Fue desde el principio una escalada como tan exagerada que llegó un momento en el que tuvimos que decidir si nos dedicábamos a esto o no. Y, evidentemente, es un viaje que no te quieres perder.
—Además de las guitarras y de la actitud, otro de los pilares fundamentales de Carolina Durante es la ironía.
—Sí, aunque yo creo que eso se debe a nuestra manera de decir las cosas, simplemente. Cuando tú te pones a escribir letras, te salen como tu te sueles expresar. Y nosotros siempre solemos estar medio de coña. Muchas de nuestras canciones hablan de cosas bastantes serias. Creo que en la manera de decirlo es donde está la diferencia.
—¿Sois tan gamberros como parece?
—Supongo que un poco..., pero somos bastante tranquilos. Lo de «no tengo 30 años y ya estoy casi roto», que decimos en Joder, no sé, dentro de poco ya será realidad. Al principio sí que todo era un poco locura, pero llega un momento en el que tienes que asumir la responsabilidad. Y si estás cobrando tanta pasta, hay que preocuparse de hacer las cosas bien.
—Si en 2018 os ofrecen telonear a Los Nikis, habría sido un sueño. Cinco años después han sido Los Nikis quienes os han teloneado a vosotros. ¿Cómo os quedáis?
—Lo que pasó en el Wizink fue una puta locura. Y tocar con Los Nikis fue como cerrar un ciclo, como el broche final a toda esta chaladura que nos ha pasado, que a veces parece un sueño raro y otras una broma. Es que ya no sé que puede haber después...
—Se habla mucho de vuestra conexión con Los Nikis o Los Punsetes, pero, tirando para casa, ¿qué me dices de Siniestro Total o de Aerolíneas Federales?
—Son dos grupos que me encantan. El ¿Cuándo se come aquí?, de Siniestro Total, lo llevo escuchando desde pequeño. Fue mi disco de cabecera porque también le encantaba a mi padre. Claro que es una referencia.
—Y parafraseando vuestra canción, ¿quién es «tu nuevo grupo favorito»?
—Justo esta semana he ido a ver a Aiko el Grupo y lo reventaron. Esas chicas apuntan maneras.
—¿Habéis callado la boca definitivamente a todos los «cayetanistas»?
—Pues sí, pero es que los cayetanistas, luego, resulta que son los más fans [se ríe]. Sí que es cierto que con el primer disco hubo mucha gente que pensó que había sonado la flauta y que nos íbamos a quedar en dos canciones que, por lo que sea, cayeron en gracia. Pero bueno, lo más difícil ahora es mantenerte. Hoy la gente ya no va a los conciertos solo para escuchar Cayetano. Parece que no nos vamos a quedar en un one hit wonder.
—¿Estáis contentos con el tiempo que os ha tocado vivir?
—Bueno... Yo la verdad es que cuando veo pelis de la época en la que no había teléfonos móviles siento bastante nostalgia. Odio la era de las redes sociales y odio tener que estar pendiente del móvil todo el día. No me gusta el rumbo que está tomando el mundo.