Jorge Navarro, Biznaga: «Queremos que el discurso cale en todos, no solo en la gente muy leída»

FUGAS

Nombre de referencia en la nueva oleada del rock alternativo nacional, Biznaga trae al SilFest su música de combate y desahogo
04 jul 2025 . Actualizado a las 10:06 h.Punk-rock con pequeñas vetas de pop melódico. Textos de clara intención política, que hablan de tú a tú a una generación sin expectativas, la que no puede ni pagar el alquiler y amortigua su malestar social y mental con benzodiacepinas. Y una voz rabiosa, que canta con el corazón en la garganta, comandando la nave. Esos son los vértices del triángulo que conforma Biznaga en la actualidad y que ha plasmado en el disco ¡Ahora! (2024). Mañana actuarán en el SilFest de O Barco de Valdeorras, el festival que arranca hoy y que también tiene en su cartel a Heredeiros da Crus, Repion, Mujeres, Kokoshca y Celia Becks, entre otros.
—¿Biznaga nace para canalizar la frustración o para motivar el cambio?
—[Se lo piensa unos segundos] No están reñidas las dos opciones. Es cierto que esto siempre ha funcionado como una manera de canalizar la frustración personal, que también tiene mucho que ver con la frustración social. Si puede servir para reflejar la frustración de otras personas, relacionado con los problemas que nos afectan a nosotros, como la vivienda, la precariedad laboral o la salud mental, nos gusta. Si les sirve como revulsivo para organizarse en algo más grande, perfecto.
—¿Ven su disco «¡Ahora!» como la fotografía de un momento?
—Nosotros hablamos del tiempo que nos toca, de la realidad cercana y de las problemáticas de ese momento. La gente nos dice que es una fotografía muy del 2024. Claro, pero los problemas de los que habla ya estaban en el 2020, lo que pasa es que se han ido agravando. Si no se resuelven, tristemente tocará hablar de lo mismo en el 2030. La fotografía es de un tiempo concreto, pero, como los problemas no se resuelven, esa fotografía se va prolongando y tristemente tendrá vigencia dentro de unos años.
—En este disco hay más luz melódica. ¿Están atravesando su etapa pop?
—Sí, es la versión del pop que hace Biznaga. A nosotros nos encanta la música pop, siempre nos ha gustado. Lo del punk es porque surgimos en un contexto muy concreto, pero, conforme íbamos avanzando, hemos ido incorporando una serie de influencias que siempre han estado en nuestra banda sonora de la furgoneta o nuestras casas. El punk es solo una pata más. The Clash, un grupo que nace en el punk pero luego va a otro tipo de territorios, es un modelo para nosotros.
—Destacan en el rock alternativo por claros. ¿Son enemigos de la metáfora?
—La nota de prensa del disco la hizo Kiko Amat y la tituló Biznaga contra la metáfora. Eso al final ha calado. Si miras en nuestro pasado, hay canciones muy crípticas, llenas de retruécanos literarios, aliteraciones, juegos de palabras y metáforas un tanto oscuras. Hemos depurado el estilo en pos de una claridad y una horizontalidad con todo tipo de personas que nos escuchen. Nos interesa que el discurso cale en todo el mundo, no solo en la gente muy leída. Pero es complicado. Soltar un golpe directo y limpio, que llegue, quizás es más difícil que hacer un poema totalmente críptico. Lo digo porque yo venía de esa escuela y sé perfectamente qué es. Pero, bueno, sigue habiendo alguna metáfora.
—Mucha gente dice que en Biznaga escucha las conversaciones con colegas que tiene a diario sobre sus problemas.
—A mí me encanta que se diga eso, porque me gusta que las canciones formen parte de una gran conversación cultural más amplia. Si lo que se dice en las canciones es lo mismo que se dice en una terraza de un bar para mí no es algo negativo, sino todo lo contrario. Participan de la realidad y de la conversación, están en el mismo tiempo. Para mí eso es positivo.
—Los conciertos de Biznaga son muy comunales. ¿Qué se siente cuando un montón de gente canta eso de «¿Te imaginas que fuera posible otra vida?»?
—Ese momento es muy inspirador. Me llena de entusiasmo. Eso es una parte muy potente. Ver a un montón de gente cantando... eso es cuando todo cobra el tamaño real. Se hace todo muy grande. Parece como si estuvieras en una manifestación gritando un lema con muchísima gente. Adquiere todo un poder que empezó cuando yo lo escribí en mi ordenador, pero hasta que no se hace realidad no ves toda la potencialidad que tiene una frase como esa gritada por muchas personas a la vez.
—¿Parece ahí como si toda esa masa tuviera la certeza de que otra vida es posible, aunque solo sea durante lo que dura la canción?
—Claro, es la magia de la música y las canciones. Durante dos, tres o cuatro minutos parece que todo es posible, y eso es algo maravilloso.