Diego As, mejor muralista del mundo en el 2021: «El Julio César de Lugo marcó un antes y un después en mi carrera»

carmen ferreiro / s.f.

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Diego As enseñará arte urbano
Diego As enseñará arte urbano ALBERTO LÓPEZ

Suyo es el mejor grafiti del mundo del 2021, el Julio César que mira a la muralla de Lugo. Y eso que la primera vez que lo intentó, no cuajó

17 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando era pequeño, Diego Anido Seijas (Lugo, 36 años), ahora conocido como Diego As, pintorreaba las libretas del cole sin importar la asignatura en cuestión. Con apenas 12 años, influenciado por su hermano, tres años mayor que él, empezó a escuchar rap español y americano. Al igual que estaba ligado al mundo del baile por influencia de la música que disfrutaba, Diego empezó a interesarse por el mundo del grafiti, por cómo manejar el espray y aprender su técnica. Con 22 años no se planteaba dejar de pintar ni por asomo y conciliaba esa pasión con sus estudios en grabado, serigrafía y sus tres años posteriores en una empresa de rotulación. Poco a poco, fue profundizando sus conocimientos en el realismo hasta que un día lo pararon en la calle y comenzó a hacer pequeños trabajos de grafiti para particulares.

En el 2021, fue distinguido como el autor del mejor mural del mundo por la plataforma de arte urbano Street Art Cities. 

—¿Qué pintaba Diego As en sus primeros grafitis?

—Sobre todo, pintábamos letras, lo que es grafiti puro, lo que conocemos como grafiti de calle, el CAC, que le llamamos, dentro de nuestra jerga. Aprender al trazo, la firma, letras, y también siempre mezclado con quecos, que eran pequeñas caras de personajes que nos inventábamos, medio malotes.

­—Cuando empiezas a vivir del arte urbano, ¿qué te dice la gente de tu alrededor?

—Hay de todo, como en todos lados. En la familia no estaban muy vinculados con el mundo del arte y les costaba creer que realmente pudiera vivir de encargos, de murales o de grafiti. ¿Qué pasa? Siempre se mueve la cosa a base de números. Cuando los números dan y tienes una estabilidad, pues ahí todo cambia, tanto a nivel familiar como a nivel de amigos.

—¿Qué trabajo fue el que más ilusión te hizo hasta el momento?

—El Julio César, creo que por la repercusión que tuvo en ese momento. Estaba en mi ciudad y entonces no había ni un mural grande ni a la vista. Me hacía especial ilusión. Cuando estaba en ello no era muy consciente en realidad, sabía que estaba haciendo un mural en la ronda, pero me llenaba tanto poder hacerlo allí que ni pensaba en la influencia que podría tener. Luego vino toda la repercusión y eso hace que le tenga un especial cariño, porque fue un antes y un después también en mi carrera. Antes de eso pintaba y sigo pintando negocios, pero a raíz del Julio César pude hacer murales muy grandes y me surgieron un montón de oportunidades.

­—¿Fue una idea que se te ocurrió a ti?

—Sí, fue idea mía. De hecho, tengo el recuerdo de ir dos años antes a timbrar a esa comunidad de vecinos para pedir el permiso. En aquel momento no cuajó, pero dos años después le di una vuelta al diseño y pensé: «¿Por qué no poner aquí a Julio César?» Es una imagen que reconocemos todos y es muy impactante. Y funcionó. ­

—¿Cuánto tiempo te lleva más o menos pintar un mural de esas características?

—Sobre 12 días, más o menos. Le echas todo el día, es muy intenso. Tenemos esa fea costumbre de empezar y querer acabar. A veces no debería ser así, es como que lo tienes que tomar un poquito más tranquilo, pero con el espray venimos de una técnica muy rápida, hacer un mural de 2x3 se hace enseguida. Entonces, yo creo que es por eso que tenemos la necesidad de acabarlo rápido. Después también dependemos de un presupuesto en el que también entra una grúa que suele ser grande y cara.

—¿Cuál sería un buen reto para ti?

—A nivel mural, me gustaría poder pintar en Estados Unidos con gente que para mí es referente, pero luego me gustaría pararme más en mi estudio, aprender más de pintura al óleo, acrílico, incluso escultura. Seguir con la onda del grafiti o del muralismo, pero abarcar otros terrenos. Me gustaría sacar una colección de cuadros.

—¿Tienes alguna idea ya que pueda encajar con la colección?

—Bustos, figuras muy bruscas de piedra con imágenes tanto de chicas como de chicos, donde florecen flores y agua de esas grietas. Tengo ahí esa idea de sacar una línea bastante fuerte, incluso de pasarla a escultura. Y luego seguir mejorando en el mural. Tengo 36 años y me queda mucho que aprender.

—¿Hasta cuándo te ves haciendo grafitis?

—En el mural todo lo que el cuerpo aguante, hasta el final. Yo creo que es una cosa de si te cuidas y te ves bien físicamente. Me gustaría estar toda la vida pudiendo hacerlo. Eso sí, a los 60-65 años hay que parar y andar más tranquilo. Me gustaría verme el resto de mi vida haciendo murales y revolucionando el panorama.