Pablo García apunta hacia la Premier League

FUTBOL GALLEGO

García Vilas, durante una sesión de trabajo con el Albion
García Vilas, durante una sesión de trabajo con el Albion WBA

El preparador físico ourensano acumula una década en el fútbol inglés y opta al play off de ascenso con el histórico West Bromwich Albion

15 abr 2025 . Actualizado a las 13:15 h.

«Vine para seis meses y ya llevo diez años en Inglaterra», palabra de Pablo García Vilas (Laza, 1986), preparador físico del añejo West Bromwich Albion, club fundado en 1878 y empeñado en volver a la Premier League, una meta que también motiva al técnico ourensano, quien antes de cumplir los cuarenta presenta una trayectoria pujante en el sistema competitivo del Reino Unido.

Tras beber de las fuentes del INEF de A Coruña, realizó distintas prácticas en el Deportivo, así como algún máster más y, a la hora de abrir puertas en los entornos laborales, una Beca Leonardo le brindó el billete para probar fortuna en el Northampton Town, en la League Two (cuarto escalafón inglés). La estancia se prolongó y el ascenso —como campeones— al curso siguiente metió de lleno a Pablo en una trayectoria ascendente que lo ayudó a asentarse en la isla, al lado de entrenadores como Chris Wilder, Jimmy Floyd Hasselbaink y, más recientemente, Carlos Corberán.

«Hoy en día, la gente se mueve mucho en el mundo del fútbol y lo normal es que, cuando se va un entrenador, también lo haga su cuerpo técnico. En mi caso he tenido la suerte de coincidir con grandes profesionales y también de iniciar pronto nuevas etapas cuando terminaba la anterior», explica el gallego, que pasó por el Birmingham FC y Burton Albion, antes de aterrizar en West Bromwich.

Dentro del propio Albion, García Vilas encontró además un buen número de alicientes para progresar en su profesión y para encontrar retos deportivos cada vez más exigentes: «Cuando Hasselbaink fue cesado en Burton, también salí yo, así que comencé a presentar currículos. En el West Bromwich me llamaron para una entrevista y me gustó el proyecto. Me ofrecieron el puesto de preparador físico en el plantel sub-21 y al mismo tiempo se estrenaba en el primer equipo Carlos Corberán —actual entrenador del Valencia— y siempre ha sido un técnico de academia, al que le gusta contar con los jóvenes, así que cambió los horarios para que coincidiéramos con ellos. En la segunda temporada, ya me integré con él en su grupo de trabajo».

En la Championship (segunda división inglesa), el de Laza se sitúa directamente en la lanzadera hacia la Premier, un desafío que lo anima a volcarse en el anhelo de los Baggies: «Son ya cinco años intentándolo y ahora mismo estamos de sextos —en zona de play off—, así que en la ciudad hay grandes expectativas. En mi caso particular, cuando haces la maleta y sales de casa te ilusionas con hacer algo grande. Llegar a una liga como la Premier sigue siendo un sueño después de años picando piedra».

El Albion ha logrado además mantener el tipo desde la marcha de su entrenador rumbo a Mestalla y Pablo destaca el papel de un nuevo entrenador, con gran experiencia, como es Tony Mowbray: «Tiene un gran cartel y ha estado en Escocia —Celtic—, así como en Coventry, Blackburn y Sunderland. Además ascendió a este equipo a la Premier hace quince años, así que es muy querido aquí. Quizás no es tan meticuloso en la organización defensiva como su antecesor y su juego es más directo, pero sabe mucho de estas competiciones».

Si se confirma el pase del West Brom a las eliminatorias, García Vilas optará a su segunda visita a Wembley, donde ya estuvo en otra fase final de League Two: «Es inolvidable jugarte un ascenso en semejante escenario».

«Sabía que Corberán era capaz de salvar al Valencia»

La aventura de Pablo García, instalado en el cinturón metropolitano de Birmingham, le ha permitido crecer en muchos sentidos. En el más personal admite que ha sido importante mantener a su familia con él en un territorio donde además se han multiplicado sus ambiciones profesionales: «Antes estaba a diez minutos de mi lugar de trabajo en Burton y, ahora, aunque tengo que desplazarme durante 40 minutos o una hora, según el tráfico, el esfuerzo vale la pena. Mi esposa es asturiana y también está muy contenta aquí, donde trabaja como arquitecta. Tenemos una niña de tres años que ya chapurrea una mezcla de inglés, gallego y castellano, además de un niño de un año. Ambos se adaptan muy bien».

Eso sí, recientemente aprovechó el parón de la ventana internacional para plantarse a orillas del Miño, donde sigue siempre que puede las evoluciones del Ourense CF: «Rubén Domínguez, el anterior entrenador, es de mi promoción y también conozco el trabajo de Pablo López. Mantengo contactos tanto en el Dépor como en el Celta, donde trabajó con profesionales como Nando Rodríguez o Nacho Herrando».

Y es que tampoco niega que la idea de volver a España siempre está abierta, aunque de momento se siente cómodo en Inglaterra. Además de que el contacto con compañeros de máster y de profesión en distintos puntos de la geografía nacional es constante, es aún fluido su vínculo con Carlos Corberán: «Sabía que era muy capaz de salvar al Valencia y, si le dan el presupuesto necesario, podría abordar también retos más ambiciosos en la próxima temporada».

Mientras tanto, el ourensano continúa poniendo los cinco sentidos en el West Brom, donde es uno de los dos preparadores físicos, encargándose sobre todo del análisis de los datos de esfuerzo, la prevención de lesiones y las tareas de readaptación.