55 años creando texturas con algas

LA GALICIA ECONÓMICA

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La química Ceamsa, que inauguró en 1966 el polígono de As Gándaras en O Porriño, cerró el 2021 con presencia en 85 países, una facturación de 120 millones de euros y 445 empleados

17 ene 2022 . Actualizado a las 07:47 h.

La apariencia firme y cremosa de los flanes, la fibra que aporta cohesión en las hamburguesas o albóndigas y la textura delicada de las golosinas son cualidades que mejoran los productos alimenticios y que tienen mucho que agradecer a las costas gallegas, al igual que la viscosidad de un jarabe o la suavidad de una crema para la piel. Todos ellos consiguen la textura deseada gracias a materias extraídas de algas marinas, que se transforman para estas industrias alimentaria, farmacéutica o cosmética en los laboratorios de la Compañía Española de Algas Marinas (Ceamsa), que el pasado año cumplió 55 años en el polígono de As Gándaras de O Porriño. Esta empresa fundada por el químico vasco Ignacio Alzueta y que hoy dirige su hijo Íñigo fue la primera empresa que se instaló en este área industrial, pero su negocio se expande hoy por todos los puntos del planeta. «Somos especialistas en dar textura y ofrecemos soluciones personalizadas a cada uno de nuestros clientes», explican.

Antes de instalarse en Galicia, Alzueta montó en Guipúzcoa, su tierra natal, una pequeña empresa en la que investigó durante ocho años nuevos métodos de extracción de hidrocoloides. «Por aquellos años, en el Cantábrico ya había algunas iniciativas industriales dedicadas a la obtención del agar a partir del alga conocida como ocle, muy abundante en ese mar, pero él se interesó por el desarrollo de una novedosa iniciativa enfocada a la obtención de carragenina, aún poco conocido, pero con gran futuro en la industria alimentaria y que era obtenido principalmente a partir del musgo de Irlanda, mediante un proceso industrial muy distinto al del agar», relatan desde la compañía. Fue entonces cuando decidió dar el salto a Galicia, donde se encuentran los principales bancos de carragenófitos de las costas peninsulares de España. Ceamsa empezó poco a poco procesando el liquen «principalmente las algas Chondrus crispus y Mastocarpus stellatus que los vecinos de Baiona y Oia recogían en la zona», recuerdan, extendiendo paulatinamente su red de recolectores y almacenes por toda la costa gallega y del occidente asturiano. En todo este litoral, la fuerte batida del mar facilita el desarrollo de estas plantas marinas. Y, aunque la recolección de estos recursos es sostenible, explican que el paulatino aumento de la demanda y su capacidad productiva hizo que se fueran incorporando otras materias primas de algas marinas silvestres o cultivadas procedentes de muchas partes del mundo como Chile, Perú, Marruecos o Canadá. Las variedades que proceden de zonas de aguas cálidas las obtienen de países como Marruecos, Filipinas, Indonesia, Tanzania o Madagascar. Precisamente, en Filipinas montaron una segunda factoría para la elaboración de carragenina, por la proximidad de la materia prima de las algas. Entre estas dos sedes, la empresa cuenta con 445 empleados, un equipo que ha crecido casi un 30 % en los últimos seis años y que, aseguran, es otro de sus fuertes: «El talento del equipo ha sido y es clave para la fortaleza actual de nuestra empresa».

Y en cifras de negocio su evolución también ha sido ascendente: «En el 2019 superamos los 100 millones de euros, en el 2020 seguimos creciendo y este año alcanzamos los 120 millones de facturación, a pesar de la crisis», destacan. Una de sus claves es anticiparse a las demandas del mercado y trabajan diariamente en desarrollar nuevas soluciones para estar a la vanguardia, «el I+D está en nuestro ADN». Todo este trabajo recibió frutos en el pasado ejercicio, cuando Ceamsa obtuvo el premio a la Excelencia Química 2021 del Consejo General de Colegios Oficiales de Químicos de España, y el premio a la Empresa Biotech Más Competitiva 2021 del Clúster Tecnolóxico Empresarial das Ciencias da Vida (Bioga).

De cara a este 2022, han diseñado un plan estratégico para seguir creciendo con la expansión y modernización de sus instalaciones en las que ya no solo procesan algas, sino que extraen hidrocoloides de otras materias como la cáscara de cítricos o la semilla de árbol de algarrobo.