María Cerviño, Vento Startups: «Hay proyectos que fracasan por desacuerdos entre socios»

Gladys Vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

LA GALICIA ECONÓMICA

María Cerviño lleva cinco años dedicada a asesorar a los emprendedores y en febrero se incorporaba a Vento
María Cerviño lleva cinco años dedicada a asesorar a los emprendedores y en febrero se incorporaba a Vento Óscar Vázquez

Vento Abogados estrena Vento Startups. Se trata de la apuesta de este despacho gallego con un centenar de profesionales por ofrecerle un asesoramiento integral a las empresas emergentes

01 may 2022 . Actualizado a las 23:28 h.

Obligaciones fiscales, contratos, derecho tecnológico, auditoría de software o protección de datos. El abanico de servicios es infinito. Vento Abogados acaba de poner en marcha Vento Startups, su servicio de asesoramiento integral para los emprendedores tecnológicos. «Somos más de cien abogados de todos los ámbitos y eso nos da una potencia brutal», explica María Cerviño (Vigo, 1988), la profesional responsable esta nueva travesía. «El ecosistema está en un punto de madurez en el que hacía falta un despacho que ofreciese este tipo de servicio».

—¿Por qué es importante que estas compañías cuenten con asesoramiento legal?

—Es algo que deberían tener en cuenta desde el primer momento. Hay aspectos clave, como puede ser la protección de los activos. Son empresas que, en su mayoría, hacen productos tecnológicos y es importante que sepan identificar si tienen las licencias para desarrollarlos y protegerlos. Cómo se estructura la sociedad también es clave. Muchas veces los proyectos fracasan porque hay desacuerdos sobre los porcentajes que tiene el socio que puso el capital o el que está desarrollando la tecnología.

—Les acompañan incluso en las rondas de inversión.

—Es una de las áreas principales. Lo hacemos con las startup y lo hacemos también con fondos de inversión, que son los actores que operan en esas rondas. Estamos ahí desde el inicio: desde la negociación hasta la parte de montar la estructura legal de estas operaciones.

—¿Por qué son necesarios en la fase de financiación?

—Hay que dejar claras las fases de una inversión porque está entrando gente ajena al proyecto. Entran de lleno, con participación, como socios o futuros socios, depende. Como socios van a poder tener derechos, poder intervenir en la empresa y es muy típico que el fondo se reserve cargos en el órgano de administración de la empresa. Es decir, que tenga capacidad de decidir y ejecutar. Una de las cláusulas típicas de los pactos de socios son las materias sujetas a mayoría reforzada. Es decir, aquellas materias clave para los fundadores en las que, independientemente de lo que diga el inversor, ellos van a tener derecho de veto. Es decir, van a poder seguir decidiendo sobre su negocio.

—¿Entendemos cada vez más qué es eso del derecho tecnológico?

—Sigue sonando a nuevo pero, una vez estás dentro, ves que es una necesidad que viene desde que internet está tan presente en nuestra vida. Quién no tiene un móvil, no tiene aplicaciones o no compra por internet. Todo esto es derecho tecnológico. Es cierto que tiene su nicho concreto, que es el de las empresas que hacen la tecnología, pero efectivamente tiene que ver con todo. Por ejemplo, lees un periódico digital y tienes unas condiciones de uso. Así con todo.

—¿Con qué tipo de emprendedores trabajan?

—No hay un perfil. El ecosistema gallego es bastante heterogéneo. Hay startups naciendo y otras más consolidadas. Les prestamos asesoramiento en cualquiera de las etapas. Las necesidades son distintas. Algunos vienen buscando inversores con el producto no desarrollado de todo. Con el tiempo, empiezan a requerir contratos para funcionar en el mercado o rondas de inversión más grandes.

—¿Y sus preocupaciones?

—Los emprendedores tecnológicos son personas que están muy en el mundo y saben bastante más de las obligaciones que conlleva una empresa que la empresa tradicional. Si tuviese que destacar una preocupación, diría que está en el ámbito de lo laboral: la falta de talento. Es una constante. No encuentran trabajadores cualificados para sus equipos. No es exactamente una necesidad legal, pero sí la preocupación que nos comentan siempre.

—¿Es una asesoría es puntual o se les acompaña en su crecimiento?

—Ambas cosas. Lo que mejor suele funcionar, porque es más orgánico y tienes más información y eso te permite dar un mejor asesoramiento, es acompañarles e ir de la mano.

«Faltaba un actor que viniese a cubrir la parte de asesoramiento legal que necesitan los emprendedores»

—Trabajar con el emprendedor, ¿es un compromiso de Vento?

—Totalmente. Es una maravilla comprobar que el ecosistema en Galicia está madurando y lo hace a todos los niveles. Las startups están bastante unidas. Hay una pata institucional, con muchos clústers; las universidades están muy comprometidas con el tema, por primera vez hay un fondo de inversión gallego. Está claro que faltaba un actor que viniese a cubrir esa parte de asesoramiento legal. El área está dedicada a ellos. Es una apuesta a futuro. Las queremos aquí y no que se tengan que ir fuera.

—¿Cómo se conjuga un servicio que tiene tantas especialidades?

—Somos expertos en rondas de inversión y derecho tecnológico, pero si necesitamos consultar un tema laboral, de contratación, tenemos a compañeros expertos que nos lo van a resolver al momento. Es muy interesante trabajar con estas empresas. El cambio es chocante, pero es más sencillo trabajar con ellas que con otras compañías. Son ágiles, hay comunicación y respetan los ámbitos del saber.

—Ahora estarán pendientes de la ley de startups.

—Vemos alguna mejora en el anteproyecto. A ver el texto final. Yo destacaría alguna cosa buena como la tributación que nos trae para las stock options, que es una forma de retribuir al talento que, como digo, es una de sus preocupaciones.