Peinador-Lavacolla, a 39 grados

REDACCIÓN VIGO

GALICIA

Cien clientes de Iberia fueron trasladados de Vigo a Santiago en un autobús «con la calefacción encendida»

11 jul 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

Diez y media de la mañana. Los cien pasajeros del vuelo de Iberia Vigo-Madrid ni se imaginan lo que se les viene encima. Su avión debe despegar dentro de treinta minutos, pero a pocos kilómetros de Barajas una avería detectada en pleno vuelo había obligado al aparato a enfilar de nuevo el aeródromo madrileño. Y allí se quedó. Como también hicieron el centenar de clientes de Iberia que se pasaron dos horas en Vigo esperando una respuesta. Versión oficial: «Problemas técnicos retrasan la salida». Rumor generalizado: «La dichosa huelga de pilotos nos ha vuelto a pillar en medio». Pasadas las doce del mediodía por fin se enteran del percance y, juntos pero no revueltos, exigen una alternativa a la compañía. Luego comprobarían que el remedio era casi peor que la enfermedad. Iberia fletó un autobús y comunicó a sus viajeros que serían trasladados a Santiago para despegar hacia Madrid desde Lavacolla. Y así fue. Pero tardarán varios días en olvidar la pesadilla de peregrinación a Compostela que estaban a punto de vivir. Y el autocar llegó Efectivamente llegó un autocar. Y fue cierto que el chófer se dirigió a la tierra del Apóstol. Pero lo que nadie sabía entonces era que el dichoso coche tenía estropeado el aire acondicionado y (para mayor gloria) también la calefacción, que no dejó de escupir aire caliente al interior del vehículo durante los 96 kilómetros que separan Peinador del aeropuerto santiagués. El trayecto duró 50 minutos, pero a 39 grados en el interior del autobús, a los cien peregrinos a su pesar les pareció un calvario de casi dos horas. La explicación técnica del chófer tampoco convenció a nadie: «¡Un fusible quemado impide cerrar el aire caliente!», dijo. Entre mareos y protestas, los usuarios de Iberia se plantaron en Lavacolla pasada la una de la tarde. Por fin, despegaron una hora después para tomar tierra en Madrid (¡parecía imposible!) pasadas las tres. Resultado: una experiencia inolvidable y varios clientes de Iberia que perdieron sus enlaces en Barajas...