Australia pierde el rastro del barco gallego denunciado por Pescanova

E.A.

GALICIA

El Gobierno confía en que la cooperación internacional sea definitiva para atrapar al buque Fuentes de Colto aseguran que todavía no ha recalado en ningún puerto del mundo

11 oct 2003 . Actualizado a las 07:00 h.

Australia ha perdido el rastro del barco gallego Alos, el pesquero que hace veinte días fue sorprendido faenando en las islas Heard y McDonald por la embarcación Southern Champion, de Austral Fisheries, filial australiana de Pescanova. Tampoco ha recibido noticias de la embarcación la asociación de pescadores legales de merluza negra (Colto), que mantiene que el Alos todavía no ha recalado en ningún puerto del mundo. El Gobierno australiano confía en que la colaboración internacional que tan buenos frutos dio en el caso del palangrero Viarsa ?al que logró capturar tras 21 días de persecución con la ayuda de Sudáfrica y el Reino Unido?, sea definitiva también para apresar al Alos. Mayor interés En este caso, el interés de Australia por interceptar al buque infractor es todavía mayor que el que le llevó a mantener una persecución en caliente por el más crudo sur del Atlántico. Y es que en esta ocasión ?y a diferencia de lo que ocurre con el Viarsa?, Australia dispone de pruebas irrefrutables de que el buque pesquero actuó ilegalmente dentro de su zona económica exclusiva. Las autoridades de Australia tienen en su mano las fotografías facilitadas por el capitán del Southern Champion y disponen además de una imagen del satélite que indica claramente que el Alos ?antiguo Conbaroya? se encontraba en zona económica exclusiva de Australia cuando fue sorprendido por el pesquero de Pescanova. Tiene, por tanto, pruebas suficientes para actuar legalmente contra el buque, o al menos eso es lo que mantiene el ministro de Pesca, Ian McDonald, que espera contar con los Gobiernos español y ghanés para frenar al pesquero gallego. Pero el del Alos no es el único frente que Australia tiene abierto. En su objetivo también está el pesquero ruso Strela, del que, según aseguran fuentes del Ejecutivo, también dispone pruebas documentales de que pescó en aguas bajo su jurisdicción sin que nadie pudiese atraparlo.