Buques de guerra de tres países patrullan en los caladeros del Índico

Félix Soria REDACCIÓN

GALICIA

Canberra ha preparado un equipo de asalto con material antidisturbios y armas cortas El operativo puesto en marcha por Francia, Australia y Sudáfrica incluye aviones y satélites

17 jun 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

Australia, Francia y Suráfrica han dicho basta. Las marinas de guerra de los tres países ya trabajan conjunta y coordinadamente para perseguir a los pesqueros que faenen ilegalmente en aguas del océano Índico. Los más ricos caladeros de bacalao de profundidad (especie también conocida como merluza negra) están ubicados en aguas jurisdiccionales de la isla Marion (Sudáfrica), del archipiélago de las Kergelen (Francia) y de las islas Heart y McDonald (Australia). El área geográfica a vigilar abarca, de este a oeste, más de 6.000 kilómetros y, de norte a sur, unos 4.000; si bien entre las áreas administradas por cada uno de los tres países hay aguas libres internacionales, aunque la pesca en ellas también está limitada por la organización de pesquerías que administra el Índico sur (CAMLAR, en sus siglas inglesas), de la que forman parte la mayoría de países del hemisferio sur, desde Nueva Zelanda hasta Argentina. Profusión de medios El operativo de los gobiernos de Sudáfrica, Francia y Australia incluye, además de la participación de buques de guerra, vigilancia aérea permanente mediante aviones de reconocimiento, naves de inspección dotadas de helicópteros y del más moderno material de ayuda a la navegación, observación, fotografía e incluso conexiones para la observación de imágenes satelitarias. La semana pasada, Australia botó una embarcación de control pesquero que va provista de un cañón de 40 milímetros y un helicóptero con equipo técnico para asaltar barcos en pésimas condiciones meteorológicas, para lo que durante seis meses han sido entrenados medio centenar de agentes de Aduanas que portarán material antidisturbios y armas cortas con proyectiles paralizantes. Tras una serie de contactos bilaterales y un encuentro tripartito celebrado durante los dos últimos meses, esta semana las armadas de los tres países australes han empezado a coordinarse y, entre otras acciones, han establecido un dispositivo de patrullas entre Perth (en el extremo occidental de Australia) y Ciudad del Cabo (Sudáfrica). En paralelo, las imágenes retransmitidas por los satélites son visionadas para detectar posibles pesqueros piratas e identificarlos para «perseguirlos sin tregua y sin limitaciones geográficas», precisó un portavoz oficial australiano, que recordó que en el 2003 el pesquero Viarsa ya fue perseguido más de 4.000 kilómetros por sendas patrulleras australiana y sudafricana hasta que fue alcanzado, interceptado y su tripulación arrestada. «Ese tipo de acciones ya no serán episodios aislados, las persecuciones serán sistemáticas», han precisado los portavoces australianos y sudafricanos. Sudáfrica mantenía estrechos contactos con Francia y Australia desde hace un lustro, pero su participación en acciones antipiratería era ocasional. Sin embargo, ahora se ha sumado a la iniciativa de sus aliados tras comprobar que la biomasa de merluza negra en los caladeros de la isla Marion es tan precaria que, de seguir la pesca ilegal, ni siquiera está garantizada la explotación controlada.