Opositores al puerto de Cangas derriban la valla de las obras aprovechando la ausencia de la Guardia Civil
GALICIA
Un grupo de vecinos opuestos a la construcción del puerto deportivo que promueve Marina Atlántica frente a la antigua conservera de Massó, en Cangas, impidieron la entrada de varios camiones de piedra a las obras. A media mañana, aprovechando que durante buena parte de la jornada no hizo acto de presencia la Guardia Civil, que protege a diario los trabajos, unas veinte personas derribaron la práctica totalidad de los más de cien metros de valla que delimita la zona de los trabajos.
Armados únicamente con cuerdas, fueron enganchando cada uno de los postes, de unos dos metros de altura y, tirando entre varias personas, los derribaron en menos de media hora. Ya completada la faena llegaron al lugar tres patrullas de la Guardia Civil, que identificaron a los vecinos que todavía estaban concentrados ante las obras, entre ellos, algunos de los que habían sido detenidos el pasado lunes, y abrieron paso a los camiones que suministran piedra para la construcción del muelle.
Por la tarde, cerca de doscientas personas volvieron a manifestarse por el centro de Cangas coreando consignas contra del puerto. La manifestación se disolvió ante la lonja, sin que se produjesen incidentes.
La alcaldesa de Cangas -la nacionalista Clara Millán, acompañada por el patrón y el vicepatrón mayor de la cofradía- se entrevistará hoy con Corina Porro, presidenta de la Autoridad Portuaria de Vigo, para pedirle que rescate la concesión otorgada a Marina Atlántica para construir el puerto deportivo.
Los marineros insisten en que es una zona de pesca, marisqueo y cría «cun gran valor biolóxico e produtivo que debe preservarse a toda costa», y en la que cuentan con autorización en vigor de la Consellería de Pesca para faenar. Recientemente, Pesca remitió un escrito a la cofradía en el que autorizaba la captura de navaja en esa zona.
El edil de urbanismo cangués, Mariano Abalo (ACE), por su parte, pretende que sus socios de gobierno (BNG y PSOE) apoyen su propuesta de restringir el tráfico pesado por el vial de acceso a la obra. Lo había logrado ya en el otro extremo del puerto, impidiendo el paso de camiones y forzando a la empresa a paralizar los trabajos en ese lugar.