Ante la temperatura que adquirió el salón, el alcalde quiso conceder un respiro con una invitación sui géneris a prescindir de las chaquetas: «Dado que no hay aire acondicionado, podemos hacerlo de forma más cualificada para quitar el calor». Nadie hizo el mínimo gesto, ni siquiera él.
Los vecinos fueron cacheados por la policía local a la entrada del salón de sesiones e identificados a la salida por orden expresa de los responsables municipales, algo que aún encendió más los ánimos.
Atónito se quedó el público cuando de repente un bedel saltó por la ventana del salón desde el que no se percibe la altura salvada. El motivo: rescatar el bolso de una concejala del PP a la que se le había caído a una terraza.
El concejal del PP Javier González Sagarra fue acusado de sabotear al portavoz socialista cada vez que hablaba hasta que se descubrió que cuando este último encendía su micrófono también se abría el de Sagarra, lo que permitía escuchar sus comentarios.
El portavoz del PP, José Manuel Figueroa, dio un respiro a su grupo y se mantuvo en silencio tras ser acusado en plenos anteriores de no dejar títere con cabeza desde que Corina Porro lo dejó al frente del grupo.