Como en los años 60, las remesas enviadas por los emigrantes se convierten en bien fundamental

La Voz

GALICIA

18 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Parece un discurso de otra época, pero el presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, que es economista, sorprendía a la sociedad lusa estos días afirmando que «cuanto menor sean las remesas que los emigrantes envían a Portugal y cuanto menor sean sus inversiones en el país, menos créditos tendrán los bancos para conceder a las personas». Hasta ese punto ha llegado Portugal, que ve en el éxito de sus emigrantes una tabla de salvación.

Y no es para menos, porque el Banco de Portugal ha contabilizado en el primer semestre del año el envío de 1.080 millones de euros de manos de sus emigrantes, un 5,2% más que en el mismo plazo del año anterior. Solo en el resto de la Unión Europea Portugal cuenta con 965.000 emigrantes.

Menos espías

Y aunque la crisis propicia que la emigración esté volviendo a despuntar en Portugal, sobre todo entre los licenciados, también causa el efecto contrario, al menos en lo que depende de la Administración pública. Así, los servicios secretos lusos acaban de reconocer que tendrán que cerrar ocho de los doce puestos que mantienen por todo el mundo, y además reducirán personal en otros países en los que incluso están desplegadas fuerzas militares portuguesas, como el Líbano y Afganistán.