Un año antes de perder las elecciones, Emilio Pérez Touriño buscó un perfil para proyectar mejor su imagen como presidente, dirigir su gabinete y ayudarle a apagar algunas tensiones con sus socios del BNG. El elegido fue Abel Losada (Ourense, 1964), un economista de verbo impetuoso y ademán jacobino, al que había acomodado en su lista para convertirlo en diputado en el 2005. Si algo destaca del perfil de Losada es su capacidad operativa, que lo llevó de ser el apagafuegos de Touriño a la persona elegida por Pachi Vázquez para sofocar el incendio declarado en O Hórreo.
La tensiones políticas forman parte también del corto historial de Losada, quien aguantó menos de un año junto a Touriño y lo dejó sin director de gabinete para poner rumbo de nuevo al Parlamento, esta vez avalado por Abel Caballero. La necesidad de abrirse hueco en la lista pontevedresa le reservó el papel de verdugo de Dolores Villarino, la ex presidenta de la Cámara, que se vio apeada de la candidatura en el último minuto en favor de Losada.
Desde aquel episodio previo a las autonómicas del 2009, el actual portavoz de economía del PSdeG no hizo sino estrechar su relación con el alcalde de Vigo, al que acompañó en la manifestación contra la fusión de las cajas de ahorros, trasladando siempre su posición a la Cámara autónoma.
Del touriñismo todavía conserva Losada algunos vestigios. Figura todavía como secretario de la Fundación Iniciativas 21, la que fuera plataforma electoral de Touriño, y mantiene buenas relaciones que personas muy cercanas al ex presidente, como María José Caride, así como una gran amistad personal con la número dos del PSdeG, la coruñesa Mar Barcón.
Pero el pacto tácito alcanzado por Pachi Vázquez con Abel Caballero para llevar las riendas del partido aproximaron más a Losada hacia las posiciones del secretario general, hasta el punto de que, tras negarlo dos veces, al final se prestó a cumplir con el difícil papel de ser el artífice del martirio de Fernández Leiceaga como portavoz.