Los primeros cercanías llegaron ayer a la T4, pero en el futuro habrá frecuencias del AVE gallego con destino en el aeropuerto madrileño
24 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.La relación entre el tren y el avión, a menudo competidores, pero perfectamente complementarios en escenarios de colaboración, ha dado un paso histórico en España con la puesta en servicio ayer del ramal ferroviario que une la estación de Chamartín, en Madrid, con la T4 de Barajas. En principio, la conexión se realizará con trenes de cercanías que salen cada 30 minutos desde la terminal ferroviaria y llegan a una estación aeroportuaria en la que solo hay que subir por unas escaleras mecánicas o un ascensor para acceder a las zonas de facturación y embarque.
En un país que diseñó sus medios de transporte como compartimentos estancos, este salto adelante beneficiará a todos los españoles, pues les facilita el acceso en transporte colectivo intermodal a un aeropuerto matriz con conexiones a todas las esquinas del mundo. Pero también pone en evidencia que los viajeros gallegos que quieran combinar ambos medios de transporte solo podrán hacerlo en los próximos años a través de Madrid, pues no existe ni un solo estudio inicial para conectar a la red ferroviaria el aeropuerto central de Lavacolla, ni por supuesto las terminales de Alvedro o Peinador.
La conexión de 8,8 kilómetros que el jueves inauguró el ministro José Blanco y que hoy estrenaron los primeros trenes aporta una novedad más: está concebida en su tramo final soterrado para que circulen los convoyes de cercanías, pero la vía tiene un tercer raíl para permitir que los trenes de alta velocidad, de ancho internacional, lleguen hasta la T4. Además, la plataforma de alta velocidad del resto del trazado se terminará en unos meses.
Billetes combinados
Esto abre un nuevo escenario de colaboración entre ambos medios de transporte, aplicando experiencias que funcionan perfectamente en otros países. Por ejemplo, Renfe ya ha comenzado a comercializar billetes combinados tren-avión. ¿Qué significa esto para los usuarios gallegos que dentro de cinco años utilicen el AVE? Si su destino es, por ejemplo, Dubái, el viajero adquiere un billete combinado de tren (Santiago-Terminal 4 de Barajas) y avión (Madrid-Dubái). En menos de tres horas estará en la terminal facturando su equipaje y con la tarjeta de embarque en su bolsillo. Expertos como Xosé Carlos Fernández o Luis Baamonde consideran que al menos una frecuencia de las que se establezcan entre Galicia y Madrid debería tener como destino el aeropuerto madrileño, probablemente la primera de la mañana.
Estación integrada
Este concepto de estación integrada en el aeropuerto es lo que algunos sectores piden para la terminal de Lavacolla, que se conectaría con el eje atlántico de alta velocidad por medio de un baipás. La otra opción sería establecer la conexión mediante una línea de metro ligero.
Tener una estación de larga distancia en un aeropuerto también tiene ventajas a la inversa. Como sucede en el aeropuerto Charles de Gaulle, de París, podría haber incluso frecuencias directas desde el aeropuerto hasta cualquier punto del territorio español.
Este hecho supondrá un acicate para la especialización de los aeropuertos gallegos, pues es evidente que el AVE puede robarles viajeros. Pero más daño aún puede hacerles la combinación AVE-avión en Barajas.
De momento, los viajeros gallegos tendrán que contentarse con la realidad. El viaje a Chamartín en tren sigue en el entorno de las siete horas y cuarenta minutos. Pero, al menos, si tienen un vuelo desde la T4, pueden evitar el taxi e ir al aeropuerto en un cercanías. El viaje dura 11 minutos y el precio del billete es de 2,15 euros.
Los trenes desde Chamartín empiezan a las 5.29 horas y terminan a las 23.59. En sentido inverso, se establecen frecuencias desde las 5.40 hasta las 00.10 horas.