La vigilancia policial en torno a su casa se ha relajado

La Voz

GALICIA

23 ene 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

José Carnero es un hombre libre. Se pasó un día entero repitiendo ante todas las cámaras que le pusieron delante que había matado a Pilar en la cuadra de su casa, que era una buena chica y que la apreciaba. Dijo que no sabía por qué lo había hecho y que pudo ser porque está un poco mal de la cabeza. Pero lo cierto es que ante el tribunal no había dicho eso, que el jurado lo absolvió y que ese veredicto sigue valiendo hasta que haya otro juicio, si es que lo hay.

Hace un año, el revuelo social y mediático montado en torno a O Chucán y su confesión a destiempo forzó a la Fiscalía a pedir al Ayuntamiento de Sober y a la Guardia Civil que hiciesen algo. Los servicios sociales del municipio visitaron a José Carnero, le ayudaron a poner orden en una casa que llevaba más de tres años cerrada y le llevaron alimentos, en vista de que parecía tan aturdido que casi no era capaz de atender sus necesidades básicas. Y la Guardia Civil empezó a patrullar de forma regular por la aldea de O Couto, con la orden de estar alerta por si se producía algún incidente.

Un año después, la algarabía de aquellos días frente a la casa de O Chucán ha desaparecido. La vigilancia policial se ha relajado y en O Couto todos han vuelto a lo suyo.