Ceres Fernández, investigadora en cáncer: «Tenemos una de las mayores incidencias de tumor colorrectal y puede ser por la alimentación, somos muy de jamón»

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

Ceres Fernández es investigadora del Instituto de Investigación Sanitaria (Idis).

La experta trabaja desde la Fundación CRIS Contra el Cáncer en la búsqueda de biomarcadores para detectar tumores colorrectales en etapas tempranas o incluso evitarlos antes de que aparezcan

04 feb 2025 . Actualizado a las 10:41 h.

Ceres Fernández Rozadilla es investigadora de la Fundación CRIS contra el cáncer en el Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela (Idis), donde trabaja para identificar con precisión a las personas con factores hereditarios de cáncer de colon aún desconocidos a través de técnicas de última generación. Los resultados de su investigación permitirán desarrollar un sistema que evalúe el riesgo individual de cada persona, lo que ayudará en la prevención e incluso el diseño de tratamientos más eficaces. En el Día Mundial Contra el Cáncer, que se celebra cada año el 4 de febrero, la experta explica todo lo que podemos hacer para evitar sufrir un tumor.

—El cáncer colorrectal es uno de los más prevalentes en España hoy. ¿Cómo ve el panorama de esta enfermedad?

—Este cáncer siempre ha sido importante en población española. Suele estar entre los primeros, con el cáncer de pulmón y el de mama, dependiendo del año. Pero ciertamente es uno de los más importantes a nivel de incidencia y de ahí se deriva que tengamos un programa de cribado para intentar evitarlo.

—¿Cómo funciona el cribado en cáncer de colon?

—El cribado tiene un doble propósito. Por una parte, es identificar los tumores tempranos, lo que se denomina prevención secundaria, porque cuando antes los cojamos, mejor pronóstico van a tener. Pero también se busca hacer prevención primaria, que es evitar que la gente tenga cáncer de colon, y esto se consigue mediante la identificación de pólipos a través de colonoscopia. Los pólipos son todavía benignos y si se eliminan, se reducen las probabilidades de que la persona tenga cáncer en un futuro. Y estos programas funcionan muy bien. Lo que pasa es que la población diana de este tipo de programas es a partir de los 50 años, y es cierto que, en los últimos años, cada vez aparece gente más joven con este cáncer. Estamos viendo muchísimos casos de gente menor de 40 años que desarrollan estos tumores y no sabemos muy bien por qué.

—¿Qué teorías hay acerca de esta mayor incidencia en personas más jóvenes?

—Puede ser que sea ambiental, puede que tenga que ver con las modificaciones que ha habido de las generaciones pasadas a nosotros en los hábitos de vida, el estrés, la contaminación. Pero también el cáncer de colon tiene una parte bastante importante que es genética, existen lo que se denominan los síndromes de cáncer hereditario. Por ejemplo, el síndrome de Lynch o la poliposis adenomatosa familiar. Tener ciertas variantes genéticas implica que las probabilidades de desarrollar un tumor de colon a lo largo de tu vida sean muy elevadas.

—¿Cuánto peso tiene la genética y cuánto los hábitos?

—Casi todas las enfermedades que nosotros observamos tienen un cierto componente genético, que puede ser mayor o menor. En el cáncer de colon, la contribución de los factores genéticos se estima que es entre un 15 y un 35 %, es decir, es bastante significativa. En nuestro laboratorio estudiamos cuáles son esos factores genéticos, cómo los podemos identificar, cómo funcionan y cómo usar esa información para prevenirlo. Este es el proyecto en el que trabajamos con la Fundación Cris Contra el Cáncer.

—Cuando hay predisposición genética, ¿es posible alterarla a través de fármacos u otras intervenciones?

—Cuando hay una variación genética relacionada con el cáncer, hay que hacer un seguimiento. Esto es frecuente, por ejemplo, con tumores de mama y de ovario. Las estrategias preventivas para personas con predisposición a estos tumores son quitar tejido mamario o quitar los ovarios. En cáncer de colon, lo que se suele hacer es una monitorización a lo largo de la vida mucho más intensiva, a partir de los 20 años, mediante técnicas colonoscópicas que se hacen de manera regular. Pero en pacientes que tienen variantes tan determinantes, los tumores son totalmente genéticos, esas estrategias no son preventivas. No se puede contrarrestar esa fuerza genética.

—¿Qué factores de riesgo evitables se asocian al cáncer colorrectal?

—Con respecto a los factores de riesgo, para cualquier tipo de cáncer hay varios principales que están relacionados con los hábitos de vida. El hábito tabáquico y el consumo de alcohol. De hecho se estima que si redujésemos al mínimo, o sea a cero, esos dos factores podríamos evitar hasta el 50 % de cualquier tipo de tumor, no solo colorrectal. Luego, también existen, para cáncer de colon específicamente, ciertos factores como el nivel de actividad física. Tener unas vidas activas siempre es mucho más beneficioso. Y claramente tiene que ver con la dieta, porque está muy relacionada con lo que pasa en el colon.

—¿Cómo impacta la alimentación en este cáncer?

—El consumo de carnes rojas debería ser controlado, de hecho, están consideradas como carcinógenos por la Organización Mundial de la Salud. El comer fibra, el comer verduras y comer sano en general es muy beneficioso a la hora de tener o dejar de tener cáncer de colon. España es uno de los países con mayor incidencia europea de tumores colorrectales y se piensa que es por los hábitos alimenticios, porque somos muy del jamón.

—¿Por qué la carne roja nos predispone a sufrir tumores?

—Sobre todo cuando están muy cocinadas, tienen una serie de sustancias que promueven el crecimiento de tumores en el intestino. Por esto la OMS las ha propuesto como carcinógenos hace ya varios años.

—¿Qué avances veremos en los próximos años en cuanto a la prevención del cáncer?

—Ahora mismo, múltiples investigaciones están orientadas a entender por qué tanta gente relativamente joven está empezando a tener cáncer colorrectal, qué es lo que está pasando. Tenemos relación con pacientes que contribuyen a nuestra labor científica y muchos de ellos se preguntan también el porqué. Dicen: "Si yo soy una persona joven, que hacía deporte, con una buena dieta, y no tenía ningún factor de riesgo, ¿por qué de repente resulta que tengo un tumor?". Ahora mismo no lo sabemos, pero estamos trabajando en ello, porque es un fenómeno llamativo que ha surgido muy de pronto y en la comunidad científica existe mucho interés por identificar estas causas.

—¿Qué podemos hacer en el día a día para evitar tener cáncer?

—Tenemos muy relativizado el impacto del alcohol a nivel social. El tabaco se ve como algo muy malo, sabemos que cualquier forma de tabaco es muy mala, pero con el alcohol tenemos una tolerancia diferente, creemos que no pasa nada. Cuando decimos que es un factor de riesgo, es que lo ideal sería no beber nada. Pero tenemos muy interiorizado que salimos un viernes y nos tomamos una cerveza, o vamos a cenar y tomamos un vasito de vino. A la larga, esos consumos se van sumando y aunque no parece tanta cosa, realmente está incrementando nuestro riesgo a lo largo del tiempo.

—¿Qué otros hábitos ayudan a prevenir tumores?

Comer pocos alimentos procesados, intentar comer muchas frutas y verduras, seguir una dieta mediterránea o atlántica con pescado. Esto es muy beneficioso. Los ultraprocesados, que todos comemos, son cosas que en realidad no tienen ningún valor nutricional y a la larga también contribuyen al riesgo. Luego, los hábitos deportivos son clave. El sedentarismo y la obesidad son un factor de riesgo total y absolutamente relacionado con el cáncer de colon, como también lo es la diabetes. Entonces, todas estas cosas están relacionadas y todo lo que puedas hacer para evitar esto, mejorará tu salud en general.

—Hemos hablado de prevención, pero los tratamientos también avanzan. ¿Veremos mejores tasas de supervivencia en cáncer de cara a los próximos años?

—Hay mucha tendencia a intentar hacerlo crónico y, obviamente, el propósito siempre es la curación. Mi visión desde el mundo de la investigación es que existen muchísimos recursos puestos en esto y cuantos más haya, antes veremos resultados.

—¿Qué áreas de la investigación son las más importantes para que lleguemos a ver esa curación?

—El punto número uno es tratar las metástasis, porque una vez que los tumores se han distribuido por el resto del cuerpo, son muy difíciles de controlar, ya no tienes un tumor, tienes varios. Entonces, estás tratando una metástasis con la información que obtienes del diagnóstico del tumor primario, pero el que tienes en otro sitio es completamente distinto y eso complica mucho los tratamientos y obviamente afecta a las tasas de supervivencia. Y después, también existe muchísimo énfasis en la medicina personalizada, en tratar las cosas cada vez de forma más individualizada y ver qué es lo que a ese paciente le puede beneficiar. En ciertos tipos de tumores, como pueden ser los de pulmón, sí que existe una gran variedad de tratamientos que son muy molecularmente específicos. En otros, todavía no, pero se está trabajando mucho en esa línea.

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.