Los recortes, algunos obligados desde Madrid, llegaron hasta a las consellerías más sociales
29 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.La legislatura de Feijoo ha estado marcada por los recortes, y sus conselleiros han tenido que aplicarlos. Aún así, en todos los departamentos ha habido decisiones más acertadas y otras que encendieron la polémica.
Los fármacos y los parados sin tarjeta
Sanidade fue una de las consellerías que tuvo que reorganizarse tras la marcha de Farjas a Madrid con el Gobierno de Rajoy. Su sustituta, Rocío Mosquero, no cumplirá un año al frente de Sanidade por el adelanto. Las listas de espera son siempre el caballo de batalla de cualquier responsable sanitario, pero lograron reducir la demora en las patologías prioritarias. Esta legislatura, además, han tenido competidores. El catálogo de fármacos fue una buena idea precursora de las medidas que al final aplicó el Gobierno central para ahorrar en factura de farmacia. No lo fue tanto el famoso código 29, una tarjeta sanitaria para desempleados de larga duración que generó una enorme controversia al dejar sin médico de cabecera y sin posibilidad de recetas a parados. La Xunta, de hecho, tuvo que reactivar de oficio las tarjetas debido a las críticas recibidas. Asimismo, el hospital de Vigo y su modelo sanitario público privado no convence a muchos. Feijoo prometió una ley de esperas máximas para operarse y acudir al especialista. Se quedará en el cajón. El fin de los fármacos gratis para los pensionistas, aunque por mandato de Madrid, también quedará en el debe de la consellería.
El plurilingüismo y el aumento horario
Prometieron acabar con el decreto del gallego del bipartito y lo hicieron nada más llegar. El plan de potenciación de lenguas extranjeras y la implantación de las tecnologías en las aulas con el programa Abalar han sido los grandes proyectos de Jesús Vázquez. Logró firmar el plan de financiación universitaria y se reconcilió con los rectores al no subir las tasas. En el otro lado de la balanza se comprometió a una ley de universidades que no podrá aprobarse. Acabó con el préstamo de libros de texto para todos, para implantar un modelo para rentas bajas que no convence. Aumentó la jornada lectiva de los maestros y el próximo curso de los docentes de secundaria, aunque en este caso obligado por Madrid. Se redujo la plantilla y se enfrentó a varias huelgas del profesorado. Vázquez tuvo que asumir Cultura tras la reorganización de Feijoo en la que Roberto Varela salió del Gobierno gallego. En esta legislatura se dotó de programación al Gaiás, pero le sigue costando a los gallegos más de 13 millones este año. Cultura, al no formar parte del gasto social, ha sido uno de los departamentos más afectados por el recorte presupuestario debido a la crisis.
Entre el eólico y Pemex
El inicio de las relaciones comerciales exteriores, con Pemex a la cabeza, es uno de los principales logros de una consellería a la que la crisis ha dejado en un segundo plano. Galicia también intervino en el conflicto de las preferentes a través de la vía del arbitraje con el Instituto Galego de Consumo. El Defensor del Pueblo propuso hace unos días esta alternativa como la más idónea. El sector eólico ha sido la cruz de la moneda, paralizado tras la convocatoria de un nuevo concurso. Todos los proyectos industriales asociados a los futuros parques están paralizados. Además, el naval agoniza mientras la UE retrasa el tax lease otros dos meses.
Más guarderías, menos dependencia
El departamento que dirige Beatriz Mato se comprometió a incrementar unas 4.500 plazas de escuelas infantiles, de las que la mitad ya estaban funcionando el pasado curso. La contrapartida ha sido el aumento de las tasas, de un 45 % para las rentas más altas. La Xunta centró la dependencia en los servicios profesionales, una apuesta correcta que se ha visto mermada por los constantes recortes de esta ley. Otros colectivos, como el de los discapacitados, no han visto alcanzadas sus expectativas.
Gestión del déficit, pero no de las cajas
Galicia es la comunidad que mejor cumple con los objetivos de déficit que marca el Gobierno central, lo que evitará ajustes como los de Cataluña. No se gestionó tan bien la fusión de las cajas, con un acuerdo que tardó un año en llegar y una fusión regional que se convirtió en un problema por los cambios legislativos de Madrid. Los recortes a los funcionarios salpicaron de protestas toda la legislatura.
Austeridad y bateas de depuración
Rosa Quintana asumió hace menos de ocho meses la gestión de Medio Rural. Pese a las críticas de privatización del servicio de prevención y extinción, lo que complica la coordinación de los efectivos, el presupuesto global del Pladiga aumentó este año. En pesca se aprobó la Lei de Pesca y se apostó por las bateas de depuración. Se retiró el salario a las mariscadoras que se jubilaron sin tener los 15 años cotizados y se aprobó el nuevo decreto de artes y aparejos. Entre las sombras figura la crisis del sector lácteo: Galicia sigue a la cola en el precio de la leche y sigue entrando leche foránea.
La Lei do Solo tendrá que esperar
La Lei do Solo, una de las promesas de Feijoo, tendrá que esperar a otra legislatura. Una de las consellerías más fuertes acusó este mandato el drástico recorte presupuestario. No se negociaron los peajes de la AP-9 pero se aprobaron tanto las Directrices del Territorio como el Plan de Ordenación del Litoral. La falta de fondos frenó otro de los proyectos estrella, la autovía Carballo-Berdoias.
Impulso a la policía
La mermada Policía Autonómica logró un aumento de plantilla de 160 agentes, pero el pacto local sigue sin cumplirse y los ayuntamientos siguen asumiendo servicios, y gastos, que no les corresponden.