En el reino de la austeridad, hay un súbdito que desentona sobremanera: el agujero del Gaiás.
CULTURA
Degradación institucional. La figura del presidente de la Xunta ha ido desapareciendo de las actividades culturales, quizás consciente de que no había en el gremio mucha tarta electoral para su partido. Durante sus primeros cuatro años al frente de San Caetano solo un par de constantes se han mantenido: los recortes en todos los sectores culturales y la defensa del Gaiás, cuyos dos últimos edificios paralizó hasta el 2018, en lugar de definitivamente. Para «rendibilizala», a la Ciudad de la Cultura, que ya ha detraído del erario 300 millones de euros y seguirá consumiendo anualmente casi 3,5 solo en gastos corrientes, ha trasladado oficinas y servicios que ocupaban locales de alquiler, si bien aún no ha dado con una fórmula definitiva que reconduzca el mayor dispendio de la historia autonómica. Redujo, en nombre de la austeridad, el nivel institucional del sector convirtiendo la consellería en una secretaría xeral. A lo largo de su primer mandato, no se llegó a completar la refundación de la Axencia Galega de Industrias Culturais y la ventanilla única para el audiovisual se concretó en la desaparición de su consorcio. La lista de asuntos pendientes se ha ido acumulando: si el audiovisual podrá ser estratégico, el carácter y cometidos de la Agadic, si las redes de teatro resistirán los recortes, si habrá ayudas para la edición en gallego, la situación de espacios como el CGAC... Si se preguntase a alguien del sector qué podría hacer el reelegido presidente de la Xunta la respuesta más probable sería: algo.
TURISMO
Del exitoso Xacobeo al crac. De la mano del ahora embajador y hasta hace 11 meses conselleiro Roberto Varela, Galicia vivió en el 2010, con la mitad de fondos públicos que en el 2004, el Xacobeo más exitoso de su historia, al menos en cuanto a afluencia de visitantes. No obstante, pasou ese día e pasou aquela romería: proporcionalmente, la entrada de turistas en la comunidad cae ahora el doble que en el conjunto de España. Teniendo en cuenta que el sector aporta él solito más de una décima parte del PIB regional, urge un plan de choque.