La plana mayor del Bloque se paseó ayer por Rianxo para saludar al nuevo año coincidiendo con su tradicional homenaje a Castelao. La cita sirvió para dejar claro que no hay lugar para la autocrítica pública. Ni tan siquiera tras el palo recibido en las urnas el pasado 21 de octubre, que los ha llevado a ser, durante los próximos cuatro años, la cuarta fuerza política de Galicia. El Bloque encendió el chupinazo del nuevo ejercicio con un discurso que tuvo en el presidente Feijoo al centro de todos sus ataques.
La voz del acto, que tuvo lugar a los pies del busto del gran intelectual rianxeiro, la compartieron el alcalde, Adolfo Muíños, y su compañero de filas y portavoz nacional, Guillerme Vázquez, que retrató al político de Os Peares como un híbrido «con cabeza de mosquito e corazón de pedra». Desechó «a súa estúpida obsesión pola austeridade», y aseguró que «unha minoría cada vez máis grande e obscena fai o que quere dun Goberno de títeres». Los ataques al poder galopante del capital tampoco cesaron durante los cerca de 15 minutos que duró la intervención del pontevedrés: «Rebelión, insubmisión e loita compañeiros. Nin un paso atrás, ni tan sequera para coller impulso», recitó.
Tampoco le gustó al líder frentista que Feijoo, durante su discurso de Fin de Año, «se envolvese coa foto de Rosalía para facer un discurso baleiro que ofrecía pactos imposibles». Mientras, su partido sí aprovechó la intervención de Vázquez ayer para poner la otra mejilla con los que ahora considera posibles aliados: «Estamos dispostos a unir forzas con todos os que máis aló das diferenzas coincidan na defensa deste principio irrenunciábel que é o nacionalismo». Ni siquiera ahí, mientras tendía puentes a los que no hace tanto eran compañeros de partido -que no de corriente- y ahora suman más apoyos en forma de papeletas, supo el BNG hacer públicas las conclusiones a las que han llegado tras las reflexiones mantenidas desde la jornada electoral del 21 de octubre. Una fecha que pasará a la historia más por relegar al Bloque al segundo escalón del nacionalismo gallego, que por el incremento de cuota de poder cosechado por los populares.
El BNG entiende que «Galicia está en emerxencia nacional», un escenario que no afecta a su organización, de la que Vázquez asegura que ya está en condiciones de «presentar ante a sociedade galega un proxecto político que teña cada día mais apoios. Iso xa está en marcha e creo que hoxe non tiña ningún sentido facer autocrítica». Una palabras que entre su compañeros de filas, ayer en Rianxo y al acabar el acto, no todos apoyaban.
HOMENAJE del bloque a CASTELAO EN RIANXO