El jefe del rescate cree que el «Prestige» se habría salvado en un lugar de refugio

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Juicio por la catástrofe del Prestige. Declaración de Wytse Huismans, capitán de la compañía.
Juicio por la catástrofe del Prestige. Declaración de Wytse Huismans, capitán de la compañía. PACO RODRÍGUEZ

El técnico holandés de Smit alega que alejar el barco provocó el hundimiento

10 dic 2019 . Actualizado a las 23:15 h.

Wytse Huismans, a pesar de lanzarse sobre buques a punto de hundirse, es un tipo que mide mucho lo que dice. El capitán de la empresa de salvamento Smit, contratada por el armador para que rescatara el Prestige, se cuidó mucho en su declaración de ayer de no dar demasiadas opiniones y de remitirse a lo que denominó los «hechos». Solo cuando se el abogado de Nunca Máis, Pedro Trepat, le preguntó por la opción del refugio se permitió especular con lo que pudo haber sido y no fue. «Creo que seguramente el barco se habría salvado si se le protege», aseguró. En estas circunstancias, a salvo del mar abierto, «no habría peligro de fractura», pues consideró que la orden de alejar el petrolero y el rumbo inicial hacia el noroeste «empeoró» el estado estructural del petrolero.

Naturalmente Huismans pertenece al clan de los salvadores. En su cabeza solo estaba rescatar el barco y su carga, con el consiguiente beneficio económico para su empresa. En este contexto, la opción más factible es obtener un permiso de refugio de los países ribereños que, a menudo, admitió, «tienen una óptica diferente». A pesar de entender el temor de la Administración española a un derrame cerca de la costa, Huismans cree que el vertido se produjo igualmente, por lo que recriminó a las autoridades marítimas que ni siquiera consideraran la opción de acercar el buque a la costa. Más bien al contrario, cuando llegó a Alvedro para subirse a un helicóptero que lo llevaría al petrolero -casi 36 horas después del accidente- se le puso como condición firmar la orden para mantener el buque a 120 millas de la costa.

Como buen salvador, Huismans tenía entre ceja y ceja el refugio, pero no había valorado para ello Vigo -como sí hizo el equipo de Smit en tierra-, sino A Coruña. Sus siguientes opciones eran Gibraltar y Cabo Verde. No obstante, aunque fue crítico con la negativa de la Administración española, fue más cuidadoso en sus valoraciones que algunos funcionarios contrarios a la tesis oficial. El marino holandés consideró que la decisión del capitán Mangouras de corregir la escora llenando los tanques de lastre de babor «no fue en absoluto buena técnicamente».

La teoría del submarino

Al respecto, reveló una conversación con el director técnico de la armadora, el capitán Margetis, en la que este le confesó que el lastrado «tenía un fuerte impacto sobre la estabilidad estructural». El técnico griego le explicó que pensaba que el petrolero había sido golpeado por un submarino, algo a lo que no dio crédito. El capitán holandés admitió que los documentos que recogieron en el buque se los entregaron al misterioso Faz Peermohamed, un abogado del armador que, curiosamente, pretendía ir al petrolero con el equipo de salvamento. Huismans le paró los pies. Por otra parte, el Gobierno confirmó a UPyD que no se han detectado nuevos vertidos en la zona del hundimiento del Prestige.