Aumentan las denuncias contra el ladrón del Códice

xurxo melchor / camilo franco SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Fernández Castiñeiras asegura que entre los religiosos había relaciones sexuales y que los trabajadores del templo robaban limosnas

21 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La de la catedral no será la única denuncia contra el ladrón confeso del Códice por sus acusaciones de que entre los religiosos había relaciones sexuales y que los trabajadores del templo robaban limosnas. El abogado que representa al cabildo compostelano, José Antonio Montero, anunció ayer que muchos que aparecen nombrados en el manuscrito entregado al juez por Castiñeiras también presentarán denuncias por considerar que se atenta contra su honor.

Algunos de esos religiosos y empleados de la basílica ya se han reunido en el despacho del letrado, que considera que Fernández Castiñeiras ha incurrido en delitos de injurias y calumnias penados con entre seis meses y dos años de cárcel. Otros afectados están sopesando si se suman a esas reclamaciones individuales.

El polémico escrito consta de quince folios en los que el ladrón del Códice asegura que destacados canónigos de la catedral son homosexuales, tenían relaciones con seminaristas y les realizaban tocamientos e incluso tenían relaciones estables de pareja con hombres. También acusa a todos los que trabajan en la catedral de robar limosnas. «En la catedral yo siempre vi que robaban dinero, por poner un ejemplo, todos», asegura en el escrito, y después ofrece una larga lista de nombres.

El cabildo niega esas acusaciones, con las que cree que Castiñeiras solo busca «desviar la atención» de los auténticos hechos, que son el robo del Códice y de grandes sumas de dinero de la caja fuerte del templo, ya que en sus viviendas le encontraron 1,7 millones de euros.

El manuscrito, calificado como «jurídicamente irrelevante» por el juez José Antonio Vázquez Taín, se ha incorporado a la causa, ya que el magistrado ha querido evitar así que la defensa del ladrón del Códice interpusiese un recurso que retrasase la apertura del juicio.

La maniobra de Castiñeiras no ha gustado a los policías que investigaron el caso, que creen que se está «machacando a una persona», en referencia al exdeán José María Díaz, «con afirmaciones que solo buscan venganza y hacerle daño».