David Reboredo comienza a adaptarse a su nueva vida en el Centro de Inserción Social (CIS) Carmen Avendaño, de Vigo, tras salir de prisión al lograr un indulto parcial que hoy publica el BOE. Ayer tuvo un permiso para abandonar el centro y acudir a los locales de Érguete, donde lo sometieron a una valoración previa de cara a su inmersión en un programa de formación y reinserción social. Reboredo espera que su situación cambie pronto, porque confía en que el Consejo de Ministros le otorgue el indulto por la condena que le queda pendiente.
-¿Cómo se adapta a su nueva vida en el CIS?
-Me adapto bastante bien al sitio. Pero quiero que la gente sepa que aunque salga a la calle un par de horas, sigo en prisión. Continúo necesitando el apoyo de la gente, que se haga un último esfuerzo para que esto se acabe cuanto antes.
-¿Cómo ve el futuro?
-Con optimismo. Ya estoy en régimen de semilibertad y esperando que pase por el Consejo de Ministros el segundo indulto. Mientras, estaré en el Centro de Inserción Social cumpliendo con lo que me manden y deseando volver al grupo El Imán, para aportar mi granito de arena, seguir con mi rehabilitación, que es un camino muy largo, y con el tiempo buscar un trabajo.
-¿Ha podido ya responder a todas las cartas de apoyo que recibió estando en la cárcel?
-Aún no he tenido tiempo para responder a todas, porque fueron muchas. Las conservo en una carpeta clasificadora y ni me caben. Me faltan muchas por contestar, aunque solo sea para dar gracias. Recibir cartas de personas que no conozco me llegaba al corazón e hizo que nunca decayera el ánimo.
-¿Cómo vivió los últimos meses en prisión?
-Con altibajos. Las Navidades fueron los peores momentos. Entonces todo estaba en el aire. Pero cuando vi que el Supremo me quitó año y medio de condena, empecé a ver que era fruto del apoyo de la gente en la calle y en las redes sociales y de los medios. Eso me dio ánimo para seguir adelante.
-¿Cree que su caso puede servir para que otros presos en su misma situación puedan salir de la cárcel?
-Como dice Antón Bouzas [del grupo El Imán], he levantado una bandera, que hay que seguir manteniendo de pie. Hay que cambiar la legislación. Gente como yo, que por desgracia fuimos toxicómanos, justo cuando llevas unos años bien y usando dinero público para ponerte en condiciones, que el mismo Estado te encarcele y tire con todo esto abajo no es justo. Quiero que mi caso no quede solo aquí, que le valga a muchos.
-¿Qué sensación le quedaba al conocer en la cárcel otros indultos que fueron polémicos?
-Te da rabia ver que depende de quién seas van de una manera o de otra. Pero por lo que a mí me habían transmitido los políticos que hablaron conmigo y mi gente, tenía la sensación de que todo iba a salir bien. Tener conmigo a todas las asociaciones de Vigo a mi favor, al Concello y últimamente al Parlamento gallego, me animó a estar fuerte.
-¿Contaba con la gran respuesta social que ha tenido su petición de indulto?
-Me ha parecido fantástico. La palabra que quiero que se recuerde de mí es el agradecimiento a todos los que se interesaron por mi caso y se preocuparon de mandar la firma o de estar en las redes sociales. Me parece que la gente sigue siendo muy solidaria y que cuando se le explica un caso y comprende la injusticia, se vuelca para cambiar la situación. El movimiento ciudadano es muy importante para conseguir muchas cosas. También para mí es un orgullo tener una familia como la que tengo, en la que todos se han implicado. Ha sido maravilloso.