La Cámara retrasa la presentación de la fiscalización del 2010
09 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.El documento del que se valieron los contrincantes de Feijoo para discutirle el perfil de gestor riguroso en la campaña de las autonómicas de octubre sigue sin ver la luz. Aunque ya han pasado casi tres meses desde que el Consello de Contas puso a disposición del Parlamento el informe de fiscalización de la cuenta del 2010, en el que objeta el fuerte incremento del gasto que la Xunta desplazó de forma anómala al balance del 2011, la Cámara ni siquiera ha fijado la fecha para su presentación.
Ese trámite quedó obstaculizado, de entrada, por la coincidencia con la llegada al Parlamento del proyecto de Lei de Orzamentos del 2013. Pese a que el pleno de Contas dio luz verde al informe definitivo en diciembre, su recepción formal por la presidenta de la Cámara se retrasó a enero. La presentación quedó bloqueada entonces por el hecho de que ese mes solo fue habilitado para el debate presupuestario. Pero con las cuentas ya aprobadas, los dos primeros meses del período ordinario de sesiones se han consumido con el informe del fiscalizador en el cajón. Este desajuste quedará subsanado en los próximas semanas, una vez que la mesa de la comisión para las relaciones con el Consello de Contas decida la fecha para su presentación.
Facturas por 400 millones
En todo caso, la difusión del informe definitivo no levantará ahora la polvareda que provocó la publicación del provisional en plena campaña electoral, aunque sí reactivará el debate sobre la gestión contable en la Xunta. La discusión se centra en el abuso del desplazamiento de gasto, es decir, de obligaciones que el Ejecutivo debió computar en la cuenta del 2010 pero que transfirió al ejercicio siguiente. Tampoco aportará grandes novedades, por cuanto el órgano fiscalizador mantiene el grueso de las tesis y las cifras que incorporó en aquel primer documento. Y la incorporación de las alegaciones de Facenda no altera un cómputo en el que Contas cifra en unos 400 millones el gasto que la Xunta ejecutó en el 2010 y que transfirió a la contabilidad del 2011. De esa cantidad, que multiplica por cinco el gasto desplazado por el Gobierno de Feijoo en el 2009 (82,6 millones), 188 millones corresponden a obligaciones del Sergas.
Facenda alegó sobre esta práctica, que el fiscalizador ve poco ortodoxa y la oposición desacredita como maquillaje contable, que se trata de facturas que recibió en las últimas semanas del ejercicio y no tuvo tiempo de cotejar antes de su cierre.
La misma práctica, en Hacienda
El informe elude el debate de fondo sobre si el gasto desplazado debe computar como déficit, una maniobra que los aspirantes a desbancar a Feijoo le recriminaron en la campaña. Contas esgrime que esa valoración no entra en el objeto del informe, pero subraya que el desvío «non incentiva aos xestores para contar con orzamentos realistas».
Las mismas dudas de una rebaja artificiosa del déficit también planean sobre la gestión de Hacienda, donde ahora ejerce como secretaria de Estado de Presupuestos la exconselleira responsable de las cuentas del 2010, Marta Fernández Currás.