El tiempo en Galicia: sábado soleado y una miniprimavera de cuatro días desde el martes

F. J. Castiñeira REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Álvaro Ballesteros

Después de 38 jornadas ininterrumpidas de lluvia, este sábado será soleado y a partir del martes las temperaturas subirán hasta los 20 grados

11 abr 2013 . Actualizado a las 22:08 h.

La tierra del agua, y más durante los últimos 38 días de incesante lluvia, está ávida de sol. Pero saber cuándo comenzará la primavera como tal se ha convertido en una quimera. Los pronósticos de los expertos apenas van más allá de un puñado de días. «La situación es muy cambiante», dicen unos; «es muy aventurado hacer predicciones a medio plazo», arguyen otros.

Mientras el cielo no se aclare y nos deje ver la luz, hay quienes se preocupan por cuestiones tan dispares como el bronceado, las ventas de prendas de temporada o las cosechas y plantaciones.

El preludio del ansiado cambio se espera para este sábado. Sol y temperaturas de hasta 20 grados marcarán esa jornada. En esto coinciden el mítico hombre del tiempo en Galicia, Santiago Pemán, y el meteorólogo de MeteoGalicia Lino Naranjo. Ambos vaticinan también una mejoría meteorológica a partir del próximo martes.

«Con moita precaución», Pemán predice «bo tempo para o 16, 17, 18 e 19 deste mes». Una miniprimavera de cuatro días que confirma Lino Naranjo y que incluso podría durar algo más. Este experto señala que para esas fechas debe haber tiempo seco y temperaturas más altas debido a una influencia anticiclónica sobre la comunidad.

Otro meteorólogo, Francisco Infante, delegado en Galicia de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), prevé un cambio de tendencia para estos días. «Desaparecen las precipitaciones y aparece el sol», comenta. Su pronóstico se basa en que «un anticiclón de las Azores gana posición» y traerá sol.

Que el buen tiempo se estabilice y continúe después de la próxima semana es una incertidumbre. Francisco Infante entiende que «la situación es cambiante», Lino Naranjo admite que «es difícil predecir más», y Santiago Pemán advierte: «Pode volver para atrás».

A este último, con más de medio siglo de experiencia a sus espaldas, no le sorprende tanta lluvia y un posible cambio. «O refraneiro da Idade Media é a Internet de hoxe», subraya. Y echa mano de frases populares como «abril, augas mil» y «o que non garda leña para abril non sabe vivir» para recordar que la primavera es «nubes, claros, choiva e inestabilidade».

De una rápida lectura de mapas deduce que el verano será caluroso, con temperaturas diurnas y nocturnas altas. De todos modos, avisa: «Non chegará ata pasada a festividade do Carme, o 16 de xullo». Eso sí, se mantendrá «ata ben entrado setembro».

En cualquier caso, el sol está a la vuelta de la esquina, pese a que en el horizonte del norte se mueven borrascas que «pasarán cerca de Galicia, si bien parece que no nos van a afectar», explica Lino Naranjo.

El tercer marzo más lluvioso

El pasado marzo ha sido el tercero más lluvioso de los últimos 50 años. Santiago Salsón, del departamento de climatología de MeteoGalicia ha precisado que ese mes «ha sido extremadamente húmedo, un 172 % más de lo normal».

En el último medio siglo, solo cayó más agua en marzo de 1962 (una media de 310 litros por metro cuadrado en Galicia) y en marzo del 2001 (450 litros por metro cuadrado».

La media del mes pasado alcanzó los 273 litros, según Salsón, quien ha indicado que desde el 4 de marzo hasta ayer no dejó de llover nin un solo día en algún punto de la comunidad gallega.

La media de días con precipitaciones de al menos un litro por metro cuadrado fue de 22, más del doble de los valores normales, que se sitúan en diez días, según el citado experto.

Merma de cosechas y forrajes

Las incesantes lluvias han echado a perder algunas cosechas, como la de las patatas nuevas, y puesto en peligro nuevas plantaciones de «trigo, millo (moi importante para Galicia), patacas, fabas e pementos», lamenta Isabel Vilalba Seivane, secretaria general del Sindicato Labrego Galego.

Ha expresado su preocupación por el hecho de que las tierras estén encharcadas y por la posibilidad de que siga cayendo agua, dado que «un intervalo duns días de sol non fai nada; a terra está anegada». Isabel Vilalba da por perdido el 50 % del forraje para el ganado, razón por la que habrá que recurrir más a la compra de cereales y soja, lo que encarecerá la alimentación de los animales.