El PP frena el tren de las municipales

m. cheda SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Los populares abortan su plan para designar ya a los alcaldables en las urbes ante un inicio de legislatura «mucho más intenso» de lo previsto

29 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

No es que haya descarrilado, pero tampoco avanza. El maquinista Feijoo ha metido en vía muerta el tren de las municipales.

A principios de diciembre, recién investido presidente de la Xunta por segunda vez consecutiva, Alberto Núñez Feijoo surfeaba la ola del éxito. Tahití en San Caetano. En plena crisis, había logrado no solo revalidar su mayoría absoluta, sino también ampliarla de 38 a 41 parlamentarios sobre 75 posibles. Lo de las preferentes no había roto a estallar. La tormenta de la Pokémon apenas era un aguacero. Del huracán Bárcenas ni había atisbo de brisa. El miura de Beiras permanecía en el chiquero. Y en Galicia, además, se solía hablar del siglo XXI, no de las cosas del XX, ni de viejas amistades, ni de yates. En ese contexto, ante la plana mayor de los suyos, el líder del PPdeG anunció el 4 de aquel mes que su partido, «para que chegue ao verán totalmente renovado», celebraría entre febrero y junio sus congresos locales. Con el viento de popa, estaba soltando amarras en el velero de las elecciones municipales; hoy, que sopla de proa, lo ha fondeado. El calendario, hecho añicos.

Oficialmente, la cúpula de los conservadores admite un incumplimiento de sus propios plazos, pero no que nadie haya dado orden de todos quietos. E imputa ese cambio de planes a un arranque de legislatura «mucho más intenso» de lo que cinco o seis meses atrás se presumía. Los políticos en general y los de la gaviota en particular sufren «problemas de imagen», un «desgaste» mayor de lo previsto, aducen. Malos tiempos para lanzar una carrera, buenos para quemarse antes de tiempo.

Para despachar sus cónclaves en las ciudades de la comunidad, los de Feijoo se conceden ahora todo este 2013, sin descartar que lleguen los turrones al súper y la casa continúe a medio barrer. «Los más probable -explican- es que se vayan afrontando a lo largo de este año, pero sin forzarlos». Argumentan asimismo que, en realidad, la necesidad tampoco apremia. En estos momentos, resta casi un bienio para esa cita con las urnas, o sea, «margen de sobra».

No hay prisa ni, en rigor, claridad en muchos frentes. Rige en el PPdeG la norma no escrita de permitir a quien logra un bastón de mando repetir como candidato en las elecciones siguientes. Y eso, en el caso de las urbes gallegas, solo despeja el panorama en dos puntos: Ferrol y A Coruña, donde José Manuel Rey y Carlos Negreira, respectivamente, podrán aspirar sin problemas a voltear las encuestas y continuar en el poder.

En un segundo estadio de certeza, fuentes de los populares conceden muy altas probabilidades de abrir candidatura en Lugo a su actual portavoz en la corporación, Jaime Castiñeira, quien en el 2011 se quedó a las puertas de gobernar. Obtuvo entonces un 44,2 % de los votos válidos y, ganando tres concejales, cosechó 12 frente a los 2 del BNG y los 11 de un PSOE lastrado por las numerosas imputaciones judiciales de su número uno en la plaza, José Clemente López Orozco. Igualmente, se perfila como cabeza de cartel en Pontevedra el hoy jefe de los conservadores en el pleno, Jacobo Moreira, el elegido para enterrar la era Telmo Martín.

Su homólogo en Ourense, en cambio, no cuenta ni mucho menos con todas esas papeletas para la rifa. No en vano, Rosendo Fernández, hombre de Baltar, se la pegó en las últimas locales, al dejarse, respecto al 2007, un par de actas. Y en Vigo, donde desde hace 20 meses manda Chema Figueroa tras un congreso extraordinario montado para relevar a Corina Porro, está todo en el aire. Al igual que en Santiago. Allí, el regidor, Ángel Currás, salpicado por la Pokémon, lleva la batuta gracias a que en abril del 2012 así lo exigió para abandonar la alcaldía Gerardo Conde Roa, hoy envuelto en hasta tres causas distintas.