El nuevo sistema de emergencias arranca meses tarde y con lagunas

m. cheda SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Las brigadas de intervención supramunicipal comenzarán a funcionar en agosto como pronto y de las 25 anunciadas tres ya se han frustrado

13 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Presentado en enero al alimón por la Xunta y la Federación Galega de Municipios y Provincias (Fegamp), el nuevo mapa de emergencias de la comunidad solo existe de momento sobre el papel. Tres meses y medio después de la fecha en que supuestamente iba a ser puesto en marcha, a primeros de abril, el sistema no funciona todavía. Y continuará sin hacerlo, como pronto, hasta mediados de agosto. Además, este tren saldrá de su estación no solo tarde, sino también con algunos vagones menos de los necesarios: de las unidades de reacción cuya creación había sido comprometida, un 12 % ha descarrilado.

A comienzos de año, ante el vacío generado por la desaparición de los 56 grupos municipales de intervención rápida (grumir) hasta entonces existentes, los cuales se financiaban con fondos europeos ya no disponibles, la Administración anunció la constitución de un cuerpo estable de brigadas supralocales. Se trataba de armar 25 conjuntos de 12 profesionales que, bautizados como GES, a partir de la primavera asumirían la atención de emergencias en hasta 169 concellos, aquellos adonde no llegan o lo hacen con dificultad los bomberos de los parques urbanos (7) y los de los comarcales (28). Con un coste global de 7,5 millones de euros al año, las arcas autonómicas los financiarían al 60 % y las provinciales, al 20, mientras que los ayuntamientos donde sus bases estuviesen ubicadas aportarían el resto de los fondos precisos.

Sin embargo, aduciendo razones económicas o bien de inestabilidad política, tres de los gobiernos municipales de las localidades señaladas para funcionar como sede de esos GES, finalmente, han renunciado a acogerlos: Baños de Molgas, en Ourense, y, en Pontevedra, Redondela y Ponte Caldelas. Ante esa adversidad, según fuentes de la Consellería de Presidencia, Xunta y Fegamp acaban de acordar la celebración «en breve» de una cumbre para determinar cómo se las apañan para cubrir las áreas de cuyo cuidado se iban a encargar los frustrados grupos, seis comarcas en total.

Las otras 22 brigadas, pese a lo garantizado en inicio, tampoco se hallan en condiciones de empezar a operar. De hecho, solo dos de ellas, la de Padrón y la de Quiroga-Folgoso, cuentan con personal para adscribir, dado que absorberán a empleados fijos de los viejos grumir. En las demás (20), el proceso de selección de aspirantes no ha hecho poco más que comenzar. A lo largo de las próximas semanas, los ayuntamientos correspondientes tendrán que ir asignando en conjunto 240 contratos entre 1.187 candidatos admitidos para competir entre ellos.

Dicho de otro modo, redondeando, a cada una de las vacantes optan un promedio de cinco personas, si bien el nivel de demanda va muy por barrios en este caso. Por ejemplo, en Mugardos se cuentan hasta 100 inscritos para 12 puestos; en A Guarda, 88, como en Becerreá; y en Ponteceso, 83. En el polo opuesto, en Ortigueira, para tapar el mismo número de huecos, apenas se han anotado 27 y en la unión A Estrada-Lalín, 37.

Una vez que los futuros integrantes de los GES hayan sido elegidos, habrán de superar aún unos cursos de formación en la Academia Galega de Seguridade Pública (AGASP). Solo ahí, ya diplomados los operarios, podrá la Administración dar por activado el nuevo mapa de emergencias, a falta de resolver las tres situaciones imprevistas antes referidas.

Por tanto, la locomotora echará a andar con casi medio año de retraso. ¿Por qué? Fundamentalmente, de acuerdo con un portavoz de la Fegamp, debido a protestas de alcaldes que querían un GES para sus concellos y a complicaciones posteriores en la elaboración tanto del convenio marco de colaboración entre administraciones como de las bases para escoger trabajadores.