La sentencia que se leerá hoy, once años después del accidente, parte de la tradición jurídica que se fraguó con el «Urquiola» y el «Mar Egeo»
13 nov 2013 . Actualizado a las 12:02 h.No estará Mangouras. Tampoco el ex director general de la Marina Mercante, José Luis López Sors, ni el jefe de máquinas, Nikolaos Argyropoulos. Tan solo los abogados de los tres acusados, acompañados de varias decenas de letrados de los afectados y los representantes de la Fiscalía, que se enfrentarán al momento histórico de la lectura de la sentencia del Prestige, once años después de que el capitán, alertado por una fuerte escora a estribor, lanzara la señal de socorro frente a Fisterra, en medio de un temporal infausto.
En la sala les esperan los magistrados que pacientemente asistieron a las más de 400 horas de declaraciones de un juicio que duró casi ocho meses. El presidente de la sala, Juan Luis Pía, ha sido el ponente de la sentencia. Previsiblemente le acompañarán los magistrados Salvador Sanz Crego y María Dolores Fernández Galiño, quienes durante las 86 sesiones de la vista se afanaban por tomar notas que a buen seguro llenaron muchos cuadernos. Mangouras y Argyropoulos estarán pendientes en Grecia. José Luis López Sors, en Madrid, como el Gobierno, muchos de cuyos miembros participaron en la gestión de la mayor catástrofe ecológica en la historia de España. Entre ellos el presidente, Mariano Rajoy, a quien Aznar le encargó enderezar una gestión que había comenzado a naufragar.
Seguro que en la Moncloa estarán pendientes del fallo. Como recordaba hace unos días el exdirector del Cedre francés Michel Guirin, en España existe una tradición jurídica consistente en repartir culpas entre la Administración y el entorno del armador en casos como el Mar Egeo. O condenar en solitario a la Administración, como ocurrió de forma curiosa con el petrolero Urquiola, accidentado en pleno puerto de A Coruña el 12 de mayo de 1976. La viuda del capitán presentó una reclamación patrimonial contra el Estado para ser indemnizada con diez millones de pesetas y el Tribunal Supremo le dio la razón, al considerar que el accidente se debió a un «anormal funcionamiento de los servicios públicos» por no haber señalado con precisión en las cartas marítimas la aguja con la que encalló el petrolero. El informe pericial cuestionaba la maniobra de alejamiento del Urquiola, el precedente de enviar al Prestige mar adentro.
En el Mar Egeo se produjo el reparto de culpas que algunos vaticinan para el Prestige. En mayo de 1996 fue condenado el capitán, Constantinos Stravidis -defendido por los mismos abogados que representan a Mangouras-, y el práctico del puerto de A Coruña, Rodolfo García Otero. La culpabilidad del accidente se repartió simétricamente, al 50 %, por lo que tanto el armador como el Estado fueron declarados responsables civiles subsidiarios en la misma proporción.
«Justicia» y «futurología»
«Espero que se haga justicia y que podamos tener una visión más clara de las responsabilidades que pudo haber». Así se expresó ayer el delegado del Gobierno, Samuel Juárez, al responder a una pregunta sobre la sentencia que se conocerá hoy. Tras un desayuno informativo con el Colexio de Xornalistas de Galicia, Juárez dijo que confía en que «eso nos pueda servir para aprender de cara al futuro», informa José Manuel Pan.
Por otra parte, el ministro de Agricultura y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, dijo ayer que no hace «futurología» con las sentencias de los jueces.