Victoriano Urgorri, catedrático de Zoología Marina de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) y director de la Estación de Bioloxía de A Graña, tiene claro que alejar el Prestige fue «una barbaridad» y, matiza, «eso no es una hipótesis», sino que «los efectos estudiados en los proyectos de investigación demostraron que se originó el peor de los escenarios posibles».
La solución que habría minimizado los efectos medioambientales sobre la costa gallega, resguardar el barco en una ría, «estaba claro que a los políticos no le interesaba, porque el partido político que gobernase pagaría en las urnas esa decisión».
Después de once años, Urgorri destaca que la costa gallega se ha recuperado casi al 99 % «aunque aún pueden quedar algunos efectos del Prestige», pero lamenta que a pesar de la gran catástrofe medioambiental que se produjo «no se aumentó la inversión para acelerar la depuración integral de las rías y costa gallega» que es «ahora bastante mayor que hace once años».
Juzgado por gente del mar
Daniel Castro, patrón mayor de la cofradía de Muxía, considera que la sentencia sobre la catástrofe del Prestige llega «tarde» y lamenta que el capitán del petrolero, Apostolos Mangouras, no haya sido juzgado por «gente del mar, personas que sabían de lo que se hablaba». «Es como si a mí, que soy un marinero, me ponen a juzgar a un labrador», dice.