Aduciendo que, tras el cambio de planteamiento inicial, su partido no obtiene beneficio electoral alguno de esta reforma, el portavoz del PPdeG, Pedro Puy, dijo ayer, durante la presentación a la prensa del recorte de escaños, que confía en que la oposición cese en sus críticas al proyecto e incluso, en el caso del PSOE, «recapacite» y lo apoye porque «agora é dificilmente atacable». Su gozo en un pozo. Apenas unos minutos después de que los conservadores activasen formalmente el proceso para adelgazar el Parlamento un 19 %, los restantes grupos de la Cámara salieron en tromba a criticarlo con dureza.
Los socialistas, por boca de su diputado Pablo García, acusaron al presidente de la Xunta de practicar «trilerismo político» con esta proposición, de incurrir en la «triquiñuela». A su juicio, retirar sillas del hemiciclo supondría «reducir democracia» y «garantir» una nueva mayoría absoluta del PP en los próximos comicios. «A reforma electoral -abundó- ten que ter certo consenso, pero ao señor Feijoo iso non lle importa». Por último, se brindó para buscar fórmulas de ahorro alternativas a la recién planteada.
En una línea similar, la coportavoz de AGE, también en alusión al jefe del Ejecutivo autónomo, sentenció: «Quere gañar facendo trampas, cambiando a regras do xogo co partido iniciado para dar un pucherazo». Yolanda Díaz se mostró favorable a cambiar la ley electoral, pero no para rebajar representantes, sino, entre otras cuestiones, para eliminar las circunscripciones provinciales. «Non temos nada contra os de Lugo -expuso- pero temos que votar como galegos, e non como coruñeses, ourensáns...».
«Xogando co populismo do aforro económico, esta é unha reforma que favorece claramente á hexemonía do PP», proclamó el número uno del BNG. «A redución forma parte da estratexia de seguidismo absoluto das directrices do Estado para restar importancia a todas as institucións autonómicas, profundar na recentralización e laminar o autogoberno», denunció Xavier Vence.
Sin representación en el hemiciclo, Compromiso por Galicia por boca de su secretario xeral, Xoán Bascuas, calificó de «auténtica macarrada» y «absoluta vergoña democrática» el recorte de escaños ya en marcha.